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Ver la vida de color de rosa, tener mariposas en el estómago, el nudo en el estómago… Estar enamorado es un trastorno hormonal, físico y psíquico. Qué aventuras os esperan, os lanzáis al vacío y a lo desconocido para abrazar esta nueva vida juntos.
Pasamos por la fase de «luna de miel», como la llaman algunos, los comienzos, donde todo es perfecto, maravilloso, cuando de repente, al cabo de unas semanas (o meses para los más afortunados) es la brutal vuelta a la realidad: tu pareja tiene defectos (¡maldita sea!) y tú, eres la definición misma del refrán «persigue lo natural, que vuelve al galope» y, guinda del pastel, ¡cuando te pones tus vaqueros favoritos te das cuenta de que ya no te quedan bien!
¿Desastre? ¡Claro que no! Todo esto es normal, no te asustes.
Como dietista y nutricionista, te daré mis consejos para que te sientas a gusto en tu cuerpo, en tu cabeza y, por tanto, aún mejor en tu relación.
Vínculo entre la comida y el amor
Estoy enamorado, así que estoy perdiendo peso:
¿Habrá oído alguna vez que cuando uno está enamorado puede simplemente «alimentarse de amor y agua fresca»? El amor del otro nos alimenta, sí, nos llena, nos da la energía que necesitamos para experimentar nuestras primeras emociones. Así es como comer pasa a un segundo plano, ¡primero nos abrazamos! El estómago se sacia… ¡Con amor!
Los mayores pueden llegar a decirnos » come que frecuentas «, indignándose por esta pérdida de apetito pero en realidad no hay ninguna urgencia… ¡Todo volverá a la normalidad, cuando sea el momento adecuado para ti y para tu cuerpo! Increíble, ¿verdad?
Angustia y pérdida de peso
Muchas personas pierden el apetito cuando se enfrentan a la angustia. Ya no hay ganas, ya no hay apetito, a partir de ahora es la tristeza de no ver más a la persona amada que es la maestra de las sensaciones alimentarias… La comida es insípida, ya no tienes gusto… Luego, con el tiempo, ¡felizmente se pasa!
Rutina en pareja
Ha pasado el tiempo de los comienzos y os establecéis como pareja, descubrís la rutina de la pareja y muy a menudo es ahí donde los kilos de amor hacen su aparición. ¡Mangos de amor, me refiero a ti!
La hora de la cena es esperada por los tortolitos, cocinamos pequeños platos para complacernos mutuamente, un momento de compartir deseado y esperado. Pero el ritmo de nuestros días difiere y puede que lleguemos al nido antes que nuestra amada, que picar sin hambre nos mantenga ocupados… La comida se hace entonces sin apetito, lo que nos impide disfrutar de la comida. Luego añades un dulce delante de tu querido programa y sin hambre, otra vez, empiezas a coger el hábito de comer.
Entonces las comidas para dos se convierten quizá en repetidas cenas de televisión, comes sin apetito, sin ganas reales y los kilos se acumulan con el tiempo.
Mis consejos para mantener la figura en pareja
Compartir las comidas
Introduzca una nueva rutina saludable en su relación. Proponle a tu pareja que apague la tele a la hora de comer, que se siente a la mesa, ponga la mesa, se sirva en el plato y se siente uno frente al otro.
Así te concentrarás en la comida, charlarás con los demás, tendrás un merecido momento de relax después de un largo día.
Si te gustan los dulces delante de la película nocturna, puedes guardarte el postre para disfrutarlo en ese momento.
Organizar juntos los menús semanales
Una buena manera de comer bien durante toda la semana sin sentirte privado es planificarlo con antelación. Podéis organizar juntos los menús de la semana, comprar los alimentos adecuados y comer sano sin preocuparos de «qué vamos a cenar esta noche» después de la jornada laboral.
Cocina para dos
Una buena forma de tener ganas de comer, de saborear y degustar la comida en lugar de simplemente tragarla sin pensar en ella, es tomarse la molestia de cocinar y complacer, ¡para dos!
Un momento compartido de complicidad e intercambio.
Te darás cuenta de que la comida no tiene el mismo sabor cuando te tomas la molestia de prepararla tú.
¿Habla usted
Es esencial que te comuniques con tu pareja sobre vuestras respectivas sensaciones alimentarias: quién tiene hambre, cuándo, cuánto. Así podréis llevaros bien y respetar las sensaciones del otro.
Actividad física para dos
Una nota de actividad física es esencial sobre todo cuando se tienen trabajos sedentarios y por la tarde es: ¡al coche y a casa! Busca un horario que os venga bien a los dos y salid a entrenar juntos. La comida posterior a la actividad será aún más agradable porque ambos tendrán hambre.
En resumen, habréis comprendido que el secreto para recuperar la figura en pareja es escucharse mutuamente, tomarse su tiempo y esperar a tener hambre para comer.
Así que sí, digamos un gran SÍ al amor, esa emoción que nos electrocuta, que nos hace vibrar, una experiencia realmente estimulante, pero el amor a veces inhibe nuestras sensaciones alimentarias, nos invita a no escucharlas: ¡o comemos demasiado, o no comemos! ¿Qué podemos hacer?
Como dietista me gustaría decirle: ¡qué más da! Hay ciclos en la vida, momentos en los que descubrimos una parte de nosotros mismos a través del otro y sí, esto nos hace olvidar nuestra hambre, nuestra saciedad pero si nos tomamos el tiempo de volver a nosotros mismos (una vez que hayamos conseguido desvincularnos del otro) podrás (re)aprender a escuchar tu hambre, tu saciedad y disfrutar juntos de una fabulosa comida, ¡ojo con ojo!
Al igual que con el ciclismo, escuchar a tu cuerpo y lo que tiene que decirte nunca se pierde, sólo tienes que volver a adquirir el hábito.
El artículo Comida y amor: ¿por qué engordamos en el matrimonio? apareció por primera vez en CheckFood.
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