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A menudo oculta, por pudor o miedo, la alimentación compulsiva deteriora la relación con la comida y puede ser signo de un trastorno o malestar emocional. Al ser incomprendidas, las personas que las padecen no siempre se atreven a confiar en su entorno o a ponerse en contacto con un profesional. Sin embargo, cuanto antes se traten, más eficaz será el tratamiento.
¿Compulsiones alimentarias? ¿De qué estamos hablando exactamente?
Cuando hablamos de comer compulsivamente, a menudo pensamos en un trastorno alimentario bastante conocido en nuestra sociedad: la bulimia.
Sin embargo, es importante distinguir entre ambos:
La crisis bulímica corresponde a la ingesta importante de alimentos no necesariamente elegidos, con sensación de pérdida de control, sin placer alimentario, seguida regularmente de comportamientos compensatorios: restricciones calóricas, vómitos, toma de laxantes, ayuno, sesiones deportivas intensivas… Las personas que sufren bulimia suelen tener un peso considerado «normal» (IMC entre 18,5 y 25).
Cuando no hay conductas compensatorias, hablamos de atracón.
Alimentación compulsiva corresponde a la ingesta de alimentos seleccionados, con la noción de placer alimentario, con o sin la puesta en práctica de comportamientos compensatorios. Las personas con compulsiones suelen tener sobrepeso.
La principal diferencia, aparte de la cantidad de comida consumida, será la noción de placer alimentario.
La bulimia nerviosa es un verdadero trastorno de la conducta alimentaria (TCA), mientras que la alimentación compulsiva es más bien un «trastorno de la conducta alimentaria». Aunque los síntomas de los trastornos alimentarios sean menos importantes que los de un trastorno alimentario, requieren un verdadero tratamiento global (dietético, psicológico, emocional).
¿De dónde vienen las compulsiones alimentarias?
Existen varias causas posibles, distintas o asociadas:
- Falta de caloríasFalta de calorías: durante una dieta demasiado restrictiva, con comidas demasiado ligeras y que no aportan al organismo el aporte calórico adecuado. Esta falta de calorías lleva a comer de forma impulsiva, a tener impulsos casi incontrolables en determinados momentos del día o a tener la impresión de que no se puede parar de comer.
- Restricción cognitiva Controlar la dieta y el comportamiento alimentario para perder peso o mantenerlo.
- Un mal patrón alimentarioComidas demasiado distanciadas en el tiempo, lo que multiplica por diez el hambre y acentúa el riesgo de impulsividad en las comidas.
A menudo insatisfacción corporal lo que lleva a poner en práctica voluntariamente dietas drásticas para adelgazar rápidamente y que pueden desembocar en compulsiones alimentarias.
- Serotonina, la «hormona del bienestar «que puede ser menos secretada por el organismo en caso de estrés diario con una cierta dificultad para dar un paso atrás, para tomarse tiempo para uno mismo asociada a trastornos del sueño y cansancio… todo esto también puede provocar antojos de azúcar que a su vez pueden generar compulsiones al final de la tarde, especialmente si el almuerzo no es completo o suficiente.
- Gestionar las emociones Comer: el acto de comer genera un placer inmediato y puede utilizarse en algunas personas para «anestesiar» ciertas emociones que no quieren sentir: ansiedad, sensación de vacío, ciertos sentimientos o pensamientos a veces dolorosos. Comer compulsivamente crea entonces un alivio momentáneo.
Comer compulsivamente: ¿cuáles son las soluciones para salir de ello?
Lo primero es identificar la causa para poner en marcha la estrategia de gestión adecuada.
- En caso de insatisfacción corporal con el deseo de adelgazarSi no está satisfecho con su cuerpo y desea adelgazar, reunirse con un dietista-nutricionista le ayudará a establecer una dieta adecuada. El objetivo es reanudar una dieta suficiente con comidas regulares cada 4 o 5 horas. Hay que procurar no saltarse comidas y equilibrar la dieta con un aporte de almidón en cada comida. Al mismo tiempo, también se puede proponer un trabajo sobre las sensaciones de hambre y saciedad con la práctica del mindful eating, por ejemplo. Este enfoque le permitirá reducir las compulsiones y perder peso con mayor serenidad. No dudes en ponerte en contacto con un profesional formado en el enfoque psicoconductual o con un dietista especializado en trastornos alimentarios.
- En caso de deficiencia de serotoninaEl dietista-nutricionista también puede ayudarte aconsejándote alimentos ricos en triptófano para estimular la secreción de serotonina, orientándote sobre el ritmo de tu alimentación, el estrés y el sueño, enseñándote a cuidarte y a respetar mejor tus necesidades. Todos estos consejos y habilidades te serán muy beneficiosos para limitar las compulsiones y sentirte mejor. Los dietistas formados en micronutrición también podrán aconsejarle sobre los complementos alimenticios adecuados en caso necesario.
- Si crees que tu alimentación compulsiva está muy ligada a tus estados emocionales y psicológicosSi siente que su alimentación compulsiva está muy ligada a sus estados emocionales y psicológicos: se producen cuando tiene una bajada de moral ? un disgusto ? un momento de soledad … Llevar un diario de alimentación en el que anote sus emociones le permitirá identificar los elementos que desencadenan sus compulsiones o, por el contrario, que le hacen sentir bien. El psicólogo que practica la TCC (terapias cognitivas y conductuales) y el dietista conductual podrán acompañarle.
Paralelamente al seguimiento dietético y/o psicológico, pueden ser interesantes otros enfoques complementarios:
- La sofrología en la gestión de las emociones y el estrés.
- Hipnoterapia para ayudar a escuchar y respetar las sensaciones alimentarias.
- Meditación para reducir el estrés.
- Alimentación consciente para aliviar las compulsiones.
Las compulsiones alimentarias suelen deteriorar la relación con la comida. Comer debe seguir siendo un momento de placer y de compartir. Cuando deja de ser así, el simple acto de comer puede convertirse en una verdadera lucha.
No dejes que comer compulsivamente dicte tu vida diaria, habla de ello con un familiar o un profesional sanitario. Lo más importante es hablar de ello, para empezar a tomar las riendas y avanzar poco a poco hacia un mayor bienestar.
Cuídate mucho.
El artículo Compulsiones alimentarias apareció por primera vez en CheckFood.
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