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Comer (demasiado) por miedo a no tener suficiente (en los armarios o en el estómago) es el tema de este artículo.
Es un temor que encuentro en casi todos los casos en que atiendo a pacientes. Como dietista-nutricionista, quería darte algunos consejos para liberarte de este miedo.
Planificar un esfuerzo físico, empezar una dieta o no poder fumar: todos estos son motivos para sentir el miedo a perderse algo;
Fíjese cómo se ilustra este temor: en 2008, con la prohibición de fumar en lugares públicos, un tercio de los fumadores admite haber fumado dos cigarrillos seguidos antes de enfrentarse a un periodo sin tabaco.
Es como los comilones que se aprovisionan de comida antes de ponerse a dieta: Lo disfrutaré el domingo y empezaré la restricción el lunes.
Se trata de comer en exceso por miedo a quedarnos sin los alimentos que nos gustan y engordar contra nuestra voluntad.
El miedo a perderse algo podría frustrar sus esfuerzos por perder peso.
Recientemente, los investigadores han demostrado que la mera idea de ejercicio fue suficiente para aumentar el consumo de alimentos. Los autores de este estudio advierten sobre la relación entre «hacer ejercicio y comer» y el control de la dieta. Una de las causas del fracaso de los esfuerzos por perder peso podría residir en el consumo excesivo de alimentos por parte de personas que sobrestiman sus necesidades antes de someterse a un esfuerzo físico ¡por miedo a la falta de fuerzas!
Como ves, hacer ejercicio para adelgazar mientras comes más por miedo a quedarte sin nada te hará engordar.
Esto es exactamente lo que vemos con las personas que hacen dieta y se lanzan a por su último cheat meal antes de ponerse a dieta o con los fumadores que se lanzan a por su último cigarrillo antes de subirse a un tren de no fumadores = por miedo a perderse algo.
Miedo a perderse algo = estado de hipercontrol
El miedo a perderse algo está constantemente presente en las personas que están «a dieta».
Se manifiesta en el miedo a tener hambre, a sucumbir a los antojos de alimentos permitidos, a perderse alimentos prohibidos y a que la comida desaparezca.
Estos temores anulan las sensaciones de plenitud y saciedad. La persona ya no come en función de esto último, sino para tranquilizarse. La persona pierde la capacidad de percibir correctamente sus umbrales de saciedad y comerá en exceso sin hambre. Esto puede provocar un aumento de peso.
Muchos comedores restringidos tienen grandes dificultades para dejar comida en el plato aunque sean conscientes de que ya no tienen hambre.
Cuando comen alimentos prohibidos, se comportan como si lo hicieran por última vez. Es este tipo de comportamiento el que les impide perder peso.
Cuidado con el círculo vicioso que se inicia con las dietas: frustración – colapso – culpabilidad. Entonces, las personas a dieta están constantemente rajando y comiendo (demasiado) por miedo, frustración, fastidio,…
En algunos casos, el miedo al hambre puede adoptar las características de un estado fóbico que puede desembocar en ataques de pánico. En este caso, asegúrate de estar acompañada por un profesional sanitario que te escuche y te tranquilice, para ayudarte a liberarte de este miedo.
Las reglas que una persona se impone a sí misma (hipercontrol alimentario) darán lugar a muchas emociones negativas: miedo a pasar hambre, miedo a perderse algo, frustración, culpabilidad…
La gente ya no decide comer intuitivamente, sino según derechos o prohibiciones autoimpuestos.
El cerebro está desconectado del cuerpo. Pero esto no puede ser por tiempo indefinido porque cuando el cerebro está restringido siempre se rompe, aunque pueda «aguantar» meses o años.
El miedo a la falta engorda
Una persona que, por ejemplo, se abstiene de comer entre horas teme el hambre y come en exceso durante las comidas para asegurarse de que el hambre no reaparezca antes de tiempo.
Una persona que limita su consumo de pasteles casi siempre acaba comiendo demasiado cuando se lo permite. Es como si necesitaran Póngase al día y comerlos como si fuera la última vez.
Adiós a engordar y a sentirte mal con tu cuerpo.
Cuando las sensaciones alimentarias desaparecen por completo, la persona debe sustituirlas por pensamientos o sensaciones imaginarias. Así, ya no sienten hambre sino que piensan que deben comer (» es hora de comer «, » hace x tiempo que no como así que ya es hora «, » no puedo desperdiciar lo que queda «,…).
Del mismo modo, no se siente saciada pero piensa y controla que ya ha comido suficiente (» ya está bien, ya he comido bastante «, » he pesado mi plato así que no puedo pasarme «, » si sigo, es un abuso «,…).
Comer se convierte en una actividad estresante que impide a los alimentos cumplir su función principal = vivir. Las personas afectadas por el miedo a perderse algo engordarán o sufrirán el efecto yo-yo repetidamente.
La angustia de la carencia – Ejercicio para liberarse de ella
Para liberarte del miedo a la carencia te invito a hacer este ejercicio.
Anote durante varios días (unos 3/4 días) cuántas veces sintió el miedo a perderse algo = cuántas veces comió más por miedo a tener hambre, miedo a tener una hipoglucemia, miedo a no tener más después, miedo a tirar,…
¿Cómo? Anótalo + escribe qué alimento es + dite a ti mismo un mantra como: «Siempre puedo comprar más después si lo quiero/necesito» o «Estoy libre de las reglas del equilibrio alimentario» o «Ya no tengo miedo».
+ Respira hondo 3 veces e intenta que el miedo no te domine.
Haz este ejercicio varias veces alternando días en los que piensas/notas el miedo a perderte y días en los que no piensas en ello en absoluto.
Observa tus progresos y no dudes en hablar con un profesional sanitario para que te ayude.
El artículo El miedo a perderse algo engorda apareció por primera vez en CheckFood.
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