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Los diferentes tés
El té verde y el té negro son los dos tipos de té más conocidos y consumidos. Estos dos tés proceden de la misma planta. Para diferenciarlos:
- Té verde: es el té más consumido en Asia. Las hojas de té acaban de secarse. Por lo tanto, es el que tiene el mejor valor nutritivo. De hecho, es la que contiene más polifenoles, antioxidantes que luchan contra el envejecimiento celular. Su sabor «vegetal» puede recordar a la hierba cortada.
- Té negro: se fermenta antes de secarse. Esto permite conservar y mantener mejor el sabor incluso después de varios años. Su sabor más amargo puede ser similar al del café.
Existen otros tipos de «té», pero cuidado, este nombre a veces es engañoso porque la bebida es el resultado de la infusión de una planta que no es necesariamente la planta del té.
- Té blanco o té de plata: se compone de los brotes de la planta, recolectados en primavera. Es un té sutil y poco común debido al corto periodo de recolección. Para conservar su fragancia, es mejor utilizar agua a baja temperatura.
- Té oolong o té azul: es un té semifermentado, entre el té verde y el té negro. Tiene un bajo contenido en teína y un sabor suave. Se consume mucho en China y Taiwán.
- Rooibos o té rojo: procede de la planta del mismo nombre y no de la planta del té. Se cultiva principalmente en Sudáfrica. Se fermenta y tiene un sabor suave y sin amargor. Está fermentado y tiene un sabor suave y sin amargor. Su ausencia de cafeína lo hace apto para todas las edades, incluidos los niños.
- Rooibos verde: es el rooibos sin fermentar.
Todos los tés pueden aromatizarse utilizando aceites esenciales o aromas naturales o artificiales, o añadiendo trozos de pétalos, frutos secos o especias. Así, es posible preparar en casa sus propios tés aromatizados.
Para los tés comerciales, es mejor utilizar aromas naturales que artificiales.
La importancia de una buena preparación
Para apreciar toda la calidad y finura de su té, es importante respetar 3 puntos:
- la dosis: suele estar indicada en la bolsita o la lata de té.
- la temperatura del agua: 75-80°C para el té verde, 85-90°C para el té negro (incluso 95°C para el Darjeeling), 95°C para el té azul, 60°C para el té blanco, 100°C para el rooibos y otras infusiones.
- Tiempo de infusión: 3 minutos para el té verde, 4 minutos para el té negro y azul, 5 minutos para el té blanco, 5-10 minutos para el rooibos y otras infusiones.
Más allá de eso, su bebida puede desarrollar un amargor desagradable en la boca y puede perder la sutileza de los sabores.
Multitud de ventajas
El té contiene teofilina, que tiene un efecto vasodilatador. Por lo tanto, mejora la circulación sanguínea.
También contiene teobromina, que le confiere su poder diurético.
Estos dos beneficios ayudan a combatir la sensación de piernas pesadas y la retención de líquidos que a veces puede resultar desagradable.
Además, ya sea negro, blanco o verde, el té contiene diversos antioxidantes que lucha contra el envejecimiento celular.
Por último, es posible que haya oído hablar de los taninos en el vino tinto. El té también los contiene. Estos taninos ayudan a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Como el té se basa en el principio de infusión de las hojas, es mejor comprarlo ecológico para evitar una difusión importante de pesticidas en su bebida.
Un aliado para tu hidratación
El agua es el principal componente de nuestro organismo y necesitamos al menos 1L5/día (o incluso más en caso de actividad física, clima caluroso…).
Bebido frío o caliente, preferiblemente sin azúcar, el té puede ser un verdadero aliado para tu hidratación.
En invierno, las habitaciones sobrecalentadas y las calefacciones que secan el aire nos deshidratan sin que nos demos cuenta. Pensamos menos en beber que en verano y el agua no nos atrae necesariamente… El té puede completar fácilmente esta hidratación, 2 tazas permiten llevar ½ L.
Consejo: Si endulza el té, reduzca el consumo de azúcar a la mitad hasta que se acostumbre al sabor. Cuando se acostumbre, reduzca 1/2 azúcar más. Y así sucesivamente hasta que esté completamente libre de azúcar. Esto le ayudará a acostumbrarse al sabor del azúcar, lo que le permitirá reducir el consumo de todos los demás productos dulces.
En verano, puede preparar su propio té frío de forma sencilla, una alternativa sabrosa y sin azúcar a los refrescos, aguas aromatizadas azucaradas… que se ofrecen en las tiendas.
Receta de té frío
- Con una bolsita de té: infusiona la bolsita en tu taza y métela en la nevera durante 1h-1h30.
- Con té de hojas sueltas: Contar 2 cucharaditas de té y 2h30 de tiempo de infusión en el frigorífico para 500 mL de agua.
Consejo : puedes utilizar una botella de leche que tenga un cuello lo suficientemente grande para que quepa la bolsita de té y encajarla en el tapón de forma que puedas retirar la bolsita fácilmente una vez infusionada.
Tenga cuidado de no abusar de él
- Aunque contenga menos cafeína que el café, el té contiene cafeína. A partir de media tarde, por tanto, es mejor optar por infusiones, rooibos… Consejo : Como la cafeína del té se libera en los primeros segundos de la infusión, puede reducir el contenido de cafeína de su bebida desechando la infusión del primer remojo de la bolsita.
- Los taninos del té impiden la absorción del hierro. Si tiene tendencia a la anemia, es mejor limitar su consumo a las comidas cercanas.
- ¡Cuidado con caer en la tentación de los numerosos complementos nutricionales a base de té verde, la ANSES prefiere estar vigilante ante estos productos que pueden presentar un riesgo de toxicidad !
El artículo El té y sus beneficios apareció por primera vez en CheckFood.
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