¿Frutas y hortalizas para combatir la obesidad infantil?

[Artículo actualizado el 19/09/2023]

Sí. Pero, ¿qué hago cuando mi hijo no quiere comerlo? He aquí algunos consejos…

Antes de seguir leyendo

No soy una experta en este campo, pero me apasionan la nutrición y la salud.

Los artículos que encontrarás en mi sitio son el resultado de una investigación en profundidad que me gustaría compartir contigo. Sin embargo, me gustaría subrayar que no soy un profesional de la salud y que mis consejos no deben sustituir en ningún caso a los de un médico cualificado. Estoy aquí para orientarte, pero es importante que consultes a un profesional en caso de dudas específicas o preocupaciones médicas. Su bienestar es importante. Así que asegúrate de consultar a los especialistas adecuados y cuídate lo mejor posible.

La obesidad, sea cual sea la edad a la que se desarrolle, es una enfermedad compleja y multifactorial, pero en gran medida prevenible. La prevención de la obesidad en niños y adolescentes es muy eficaz, más aún cuando los niños son pequeños.

En todo el mundo, la prevalencia del sobrepeso y la obesidad entre niños y adolescentes de 5 a 19 años se ha disparado.

Ha pasado del 4% en 1975 a más del 18% en 2016. Esto significa que más de 360 millones de niños y adolescentes tenían sobrepeso o eran obesos en 2016. Peor aún… el 60% de los niños que tenían sobrepeso antes de la pubertad seguirán teniéndolo en los primeros años de la edad adulta.

Salud

También hay que tener en cuenta que estos niños obesos tienen más probabilidades de desarrollar diversas patologías en la edad adulta, como enfermedades cardiovasculares, trastornos musculoesqueléticos, ciertos cánceres, discapacidades, resistencia a la insulina y desarrollo de diabetes tipo II….

Por no hablar de que la obesidad infantil también está fuertemente asociada a dificultades psicológicas, malos resultados escolares y baja autoestima…

Sin embargo, un estilo de vida saludable puede prevenir la obesidad infantil

Esta prevención se basa en la promoción de determinados comportamientos: mantener un peso saludable para la madre, y una alimentación y un estilo de vida sanos durante el embarazo. Algunas mujeres no dudan en consultar a un dietista-nutricionista para que les ayude a establecer buenos hábitos alimentarios desde el periodo prenatal.

Comprobar que el aumento de peso es el adecuado durante la primera infancia, con el seguimiento de la curva de peso por parte del pediatra o el médico de cabecera. Hacer la transición adecuada hacia alimentos sanos en el momento de la diversificación alimentaria, actuar como modelo en términos de alimentación sana y actividad física cuando se es padre… Todos estos son comportamientos que favorecerán un equilibrio nutricional saludable.

La lactancia materna también es un factor importante en la prevención de la obesidad infantil. Se asocia a una reducción del 13% del riesgo de sobrepeso y obesidad. Es más, cada mes adicional de lactancia se asocia a una reducción del 4% en la prevalencia del sobrepeso.

enfant qui mange

La fruta y la verdura son muy recomendables para prevenir la obesidad infantil

Por su baja densidad energética y baja carga glucémica, así como por su alto contenido en fibra y polifenoles.

Animar a los niños a comerlas es una forma de prevenir la obesidad infantil, pero no siempre es fácil. Aquí tienes algunos consejos y trucos para conseguirlo.

  1. ¿Ha probado varias veces los pepinos pero su hijo no los quiere? Ante todo, no dude y siga ofreciendo alimentos que su hijo haya rechazado: se ha demostrado que un alimento puede ser aceptado tras una media de 10 a 15 exposiciones …
  2. No dudes en ofrecer fruta y verdura como tentempié, manteniéndolas lavadas, cortadas y bien visibles en el frigorífico (de 24 a 48 horas como máximo). También puedes colocar una cesta de fruta en un lugar destacado de la mesa de la cocina, por ejemplo. Actuando sobre el entorno alimentario del niño, puedes ayudarle a tomar decisiones más saludables: cuanto más visibles y accesibles estén los alimentos, más probabilidades habrá de que los elija.
  3. Aumente el tamaño de las fuentes, cucharas, platos, cuencos, etc. para servir fruta y verdura, y redúzcalos para los alimentos con alta densidad energética y baja densidad nutricional (por ejemplo, bebidas azucaradas o energéticas, zumos de fruta en pequeñas cantidades en vasos pequeños, determinados productos de comida rápida, determinados productos de aperitivo, etc. Estos alimentos deben limitarse y reservarse para ocasiones ocasionales).
  4. También podemos recomendar servir verduras más a menudo. Para ahorrar tiempo, se pueden comprar prelavadas y en bolsas, bandejas, pero también en conserva o congeladas en el supermercado.
  5. Puede ser útil probar nuevas recetas, como espaguetis, lasaña, guindilla o …… Añadir más verduras.
  6. En cada comida o tentempié debe ofrecerse una fruta o verdura. Por ejemplo, puede poner fruta en los cereales, añadir una pieza de fruta o una pequeña ensalada al desayuno de su hijo, u ofrecerle palitos de verdura cruda para mojar como tentempié ….
  7. También puede añadir un atractivo visual, por ejemplo, cortando la fruta y la verdura de forma original o divertida, utilizando cortapastas, por ejemplo.
  8. Implicar a los niños en la cocina y la compra puede animarles a probar nuevos alimentos y a elegir más productos a base de frutas y verduras. Para los niños más reacios a probar nuevos alimentos, participar en la preparación de la comida puede ayudarles a familiarizarse con los productos utilizando otros sentidos además del gusto.
  9. La regla recomendada es: «Come cuando tengas hambre. Para cuando ya no tengas hambre». Los bebés lo hacen de forma natural cuando son amamantados y al inicio de la diversificación alimentaria, por lo que es importante mantener este hábito natural desde la infancia hasta la adolescencia y dejar que los niños aprendan a sentir sus necesidades de forma natural. Esta capacidad de responder a las sensaciones naturales de hambre y saciedad será importante durante toda su vida.
  10. Y no olvidemos que nosotros, como padres, somos el mejor ejemplo que podemos darles comiendo más fruta y verdura. Lo ideal sería hacer al menos una comida en familia todos los días, o 3 ó 4 veces por semana.

En conclusión

La fruta y la verdura forman parte de una dieta equilibrada y un estilo de vida saludable. Los profesionales de la salud, en particular los médicos de cabecera, los pediatras y los dietistas-nutricionistas, desempeñan un papel importante en la prevención de la obesidad infantil, ya que son los más indicados para trabajar mano a mano con las familias y los niños. No dude en pedirles consejo sobre la dieta de su hijo.