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Cuando se quiere perder peso, estabilizar o simplemente equilibrar la dieta, es importante comer suficientes verduras. Después de la temporada de verano, en la que la variedad de verduras era importante, a veces resulta difícil al principio del invierno cubrir las necesidades en verduras. Las calabazas, gracias a su diversidad y sus virtudes, pueden ayudarte.
¿Encontró una calabaza a su gusto?
Redondas, alargadas, cilíndricas, naranjas, amarillas, verdes, blancas, rayadas, manchadas, pequeñas, medianas o grandes, las calabazas son muy variadas en forma, color y sabor. Dentro de la familia de las cucurbitáceas, hay que distinguir entre calabazas de verano y de invierno.
La calabaza de invierno puede conservarse durante mucho tiempo (varios meses), pero sólo debe consumirse cocida.
En cambio, las calabazas de verano (como el calabacín o la calabaza) tienen una piel bastante fina y se pueden comer tanto crudas como cocinadas, pero no se conservan tanto tiempo, sólo unas semanas.
Descubramos juntos cómo reconocer las calabazas de invierno comestibles más famosas y cómo prepararlas:
- Calabaza espagueti: de color amarillo y forma ovalada, su carne se convierte en hebras que basta con raspar después de la cocción. Puedes hacer fácilmente un trampantojo para tus hijos, ¡que así tendrán la impresión de estar comiendo espaguetis!
- calabaza butternut: su piel beige, su pulpa anaranjada y su ligero sabor a avellana permiten cocinarla de diferentes maneras: en sopa, gratinada y, por qué no, en suflé…
- calabaza: esta calabaza grande, naranja por fuera y por dentro, es ideal para sopas y purés.
- la calabaza : en forma de pera y de color naranja. Su carne firme deja un pequeño sabor a castaña al final de la boca.
- Calabaza de Provenza: verde por fuera y naranja por dentro, esta calabaza tiene un sabor dulce. Tradicionalmente se cocina en sopa o gratinada, pero también puede utilizarse en pasteles.
- Calabaza baby boo: parece una mini calabaza blanca que se puede rellenar fácilmente.
- la calabaza giraumon: de forma particular y multicolor, se asemeja a una calabaza que hubiera crecido en una calabaza. Recibe el sobrenombre de «calabaza turbante».
- la calabaza de bellota: verde por fuera y naranja por dentro, tiene forma de vaina y debe su nombre a su ligero sabor a pimienta.
- Calabaza de Siam por fuera parece una sandía y por dentro tiene una pulpa blanca que, como la calabaza espagueti, se desprende en filamentos.
- calabaza: naranja desde la piel hasta la pulpa, es probablemente la calabaza más conocida. Se utiliza en Halloween para decorar las casas. Está especialmente bueno en sopa, frito o en tarta.
Sin embargo, no todas las calabazas son comestibles. De hecho, las calabazas ornamentales o coloquintes no son comestibles. En caso de intoxicación, pueden provocarte problemas digestivos. Un sabor amargo debería alertarte.
Ver que la diversidad de sus verduras es importante. Seguro que encuentra uno a su gusto. Así que ponte a cocinar y no dudes en incluirlos en tus menús para equilibrar tus comidas.
¿Por qué comer calabaza?
Verdura de otoño por excelencia, la calabaza es buena para la salud.
Aparte de la piel muy dura, que no suele comerse en la calabaza de invierno, la pulpa y las semillas pueden comerse y contienen muchos beneficios nutricionales.
De hecho, las semillas de calabaza son ricas en proteínas, fitoesteroles (una sustancia que ayuda a reducir los niveles de colesterol malo), vitamina E (un antioxidante), zinc (que ayuda a estimular el sistema inmunitario) y ácidos grasos insaturados esenciales (ácido linoleico). También ayudan a combatir los problemas de próstata en caso de hipertrofia benigna.
También se puede obtener aceite de semillas de calabaza a partir de sus semillas. Es un aceite muy saludable que sólo debe consumirse crudo (no debe calentarse). Su composición nutricional le confiere beneficios sobre todo a nivel cardiovascular, digestivo, urinario y prostático.
La pulpa de la calabaza cocida es baja en calorías: por término medio aporta 30kcal por 100g. Está compuesto por más de un 92% de agua. También tiene un bajo contenido en hidratos de carbono.
También contiene muchos minerales y oligoelementos como
- hierro (0,2 mg por 100 g);
- magnesio (7 mg por 100 g)
- potasio (230 mg por 100 g)
- calcio, cobre, manganeso, fósforo, zinc…
También es muy rico en vitamina A (betacaroteno) con 6000μg por 100g. Esta vitamina liposoluble es esencial para la piel y la visión y contribuye al buen funcionamiento del sistema inmunitario.
La pulpa también contiene vitaminas B2, B5, B6, B9, C y K.
Todos ellos son útiles para reforzar el sistema inmunitario y limitar las carencias.
Las calabazas también contienen dos pigmentos: luteína y zeaxantina, que protegen nuestros ojos. Ayudan a filtrar la luz azul, neutralizan los radicales libres de los rayos solares y protegen contra la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE).
Por último, la calabaza es rica en fibra (2 g por 100 g), lo que puede favorecer el tránsito intestinal.
¿Cómo guardarlos?
No guarde la calabaza entera en el frigorífico. Se deterioran rápidamente porque este ambiente es demasiado húmedo para ellos.
A temperatura ambiente, se conservan de 1 a 3 meses. Para aumentar su vida útil, pueden conservarse en un lugar fresco (de 10 a 12 °C).
Tenga en cuenta que, a medida que se almacenan, aumenta el contenido vitamínico de la pulpa y también el de azúcar.
También es posible congelarlos. Te recomiendo que los cortes en trozos antes de meterlos en el congelador.
En conclusión, la calabaza es un excelente componente de una dieta equilibrada y puede ayudarle a recuperar o estabilizar su peso. Sería una pena prescindir de ellos.
El artículo La calabaza, ¡mi baza de salud para este otoño! apareció por primera vez en CheckFood.
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