Disbiosis intestinal

[Artículo actualizado el 19/09/2023]

La disbiosis intestinal es un trastorno de la flora bacteriana del tubo digestivo. Entre sus causas se encuentran el estrés crónico, la dieta y el uso injustificado de antibióticos y estimulantes (alcohol). Los síntomas de la disbiosis intestinal incluyen dolor abdominal, hinchazón, pérdida de apetito, diarrea o estreñimiento. Para tratar los intestinos enfermos se utilizan probióticos y una dieta adecuada. La disbiosis puede dar lugar a enfermedades más graves, como la celiaquía o el síndrome del intestino irritable.

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No soy una experta en este campo, pero me apasionan la nutrición y la salud.

Los artículos que encontrarás en mi sitio son el resultado de una investigación en profundidad que me gustaría compartir contigo. Sin embargo, me gustaría subrayar que no soy un profesional de la salud y que mis consejos no deben sustituir en ningún caso a los de un médico cualificado. Estoy aquí para orientarte, pero es importante que consultes a un profesional en caso de dudas específicas o preocupaciones médicas. Su bienestar es importante. Así que asegúrate de consultar a los especialistas adecuados y cuídate lo mejor posible.

¿Qué es la disbiosis intestinal?

Situado en un pequeño espacio del cuerpo, el tubo digestivo humano desempeña un papel fundamental en la absorción de los nutrientes ingeridos en forma de alimentos. Pero ésta no es su única función. La mayor parte del tejido linfático se encuentra en el aparato digestivo. Los linfocitos son responsables de la inmunidad de nuestro organismo.

El tubo digestivo humano tiene una superficie enorme: entre 300 y 500 metros cuadrados.

Por ello, la flora intestinal es responsable de la protección contra los agentes patógenos. Estos microorganismos nocivos para el ser humano también pueden entrar en nuestro cuerpo a través de los alimentos. Las sustancias de nuestros medicamentos también pueden tener un efecto negativo en la microflora intestinal, lo que provoca una reducción del número de bacterias del género Lactobacillus. Estas bacterias viven en el tubo digestivo y tienen funciones protectoras.

La escasez de estas preciadas bacterias conduce a la desregulación de la flora intestinal y, en consecuencia, a la disbiosis intestinal. La disbiosis se produce periódicamente en muchas personas. Sin embargo, puede ser muy molesta y difícil de regular.

Causas de la disbiosis intestinal

Son muchos los factores que pueden influir en el desarrollo de la disbiosis intestinal.

Las causas más comunes de disbiosis intestinal son el tratamiento prolongado con antibióticos y una dieta inadecuada.

Los antibióticos nos ayudan a combatir los patógenos dañinos, pero también destruyen las bacterias intestinales beneficiosas que favorecen la inmunidad. Los inhibidores de la bomba de protones, es decir, los medicamentos para la acidez y los analgésicos, también tienen un efecto destructivo sobre la flora intestinal.

Las bacterias presentes en la mucosa intestinal son valiosas porque :

  • ayudan en el proceso de digestión
  • facilitan la formación de las vitaminas necesarias
  • actúan como escudo protector del epitelio intestinal frente a sustancias patógenas
  • neutralizan las toxinas
  • favorecen la acción de los medicamentos
  • mejorar el funcionamiento del sistema inmunitario en la mucosa intestinal.

En la mayoría de los casos, las causas de la disbiosis son múltiples, y la terapia antibiótica a largo plazo es la etapa final que conduce a la disbiosis intestinal. Los intestinos sin bacterias beneficiosas son incapaces de realizar correctamente su función inmunitaria. Para apoyar su labor, debe aplicarse un tratamiento probiótico (probioterapia).

La malnutrición también puede contribuir a la disbiosis. La baja ingesta de fibra alimentaria, el consumo excesivo de alimentos muy procesados, el consumo excesivo de alcohol y el bajo consumo de agua pueden dañar gravemente la microbiota intestinal. Un estilo de vida estresante y la contaminación ambiental también afectan a la microflora intestinal.

Los probióticos ayudan a reconstituir la microflora intestinal destruida por los antibióticos. Suministran al organismo bacterias buenas como el Lactobacillus y el Bifidobacterium. Estas bacterias ayudan a restablecer la normalidad del sistema digestivo.

La toma prolongada de antibióticos puede provocar enfermedades como la disbiosis intestinal.

Síntomas

Los síntomas de la disbiosis intestinal incluyen

  • malestar estomacal y flatulencia
  • diarrea o estreñimiento
  • cambios en la consistencia de las heces
  • náuseas
  • vómitos
  • pérdida de peso;
  • retraso del crecimiento;
  • Falta de apetito;
  • ardor de estómago.

Los síntomas son tan inquietantes que no pueden ignorarse. La disbiosis no tratada puede derivar en enfermedades más graves como infecciones, enfermedades gastrointestinales y enfermedades crónicas del hígado, los riñones, la piel y el sistema respiratorio. Si no se trata, también puede provocar trastornos del sistema inmunitario como celiaquía, intolerancia alimentaria, artritis reumatoide e infecciones recurrentes.

Diagnóstico

Una vez sospechada la disbiosis intestinal, debe realizarse un análisis de heces y un coprocultivo. Deben cuantificarse los grupos de microorganismos:

  • Flora residente normal: E. coli, Enterococcus sp. Lactobacillus sp., Bifidobacterium sp., Bacteroides sp. entre otros;
  • Microorganismos transitorios: Klebsiella pneumoniae, Pseudomonas sp, Staphilococcus sp. Streptococcus sp., E. coli lactosa negativo, etc.
  • Flora enteropatógena: Salmonella sp, Yersinia sp, etc.
  • Levaduras: Candida sp;
  • Mohos: Aspergillus sp.;
  • Parásitos y virus cuando se sospeche una disbiosis más avanzada.

Las heces se consideran normales si contienen concentraciones óptimas de los siguientes microorganismos:

  • E. coli:
  • Enterococcus sp;
  • Lactobacillus sp;
  • Bifidobacterium sp;
  • Bacteroides sp. y Prevotella sp.

Tratamiento

Una vez realizado el diagnóstico definitivo de disbiosis intestinal, el objetivo principal del tratamiento es reequilibrar la flora intestinal. El objetivo es crear las mejores condiciones posibles para normalizar la permeabilidad intestinal, la motilidad, el metabolismo y otras funciones intestinales. Una forma natural de lograr este equilibrio es administrar probióticos.

Los probióticos son (normalmente) agentes orales que contienen cepas de Lactobacillus y Bifidobacterium. Cuando se introducen en los intestinos, ayudan a recolonizarlos con microorganismos beneficiosos y, de este modo, los protegen de invasores patógenos. Al elegir un probiótico oral, compruebe que contiene cultivos bacterianos vivos. Los probióticos son totalmente inocuos para la salud. La ventaja de los preparados probióticos orales es, sin duda, que pueden utilizarse durante la terapia antibiótica.

¿Cómo se puede prevenir la disbiosis intestinal?

Para prevenir la disbiosis intestinal, debemos dar prioridad a los alimentos de origen vegetal. Debemos asegurarnos de que nuestra dieta se compone principalmente de frutas y verduras, legumbres, frutos secos naturales, cereales integrales, tubérculos y semillas. Es una de las mejores maneras de cuidar nuestra microbiota.

Por otro lado, hay que limitar el consumo de proteínas animales. Deberías obtener todas tus proteínas de alimentos de origen vegetal. Sin embargo, si también deseas consumir proteínas animales, debes hacerlo con especial moderación. Las mejores opciones son los pescados azules pequeños y los huevos ecológicos. La carne roja procesada debe evitarse o limitarse en la medida de lo posible.

Consuma grasas de buena calidad. El aceite de oliva virgen extra, las nueces, los aguacates y las semillas oleaginosas (lino, sésamo, calabaza, girasol) tienen un excelente perfil lipídico. Además, estos alimentos son ricos en polifenoles, que tienen un efecto beneficioso sobre nuestra microbiota. Las nueces, por ejemplo, y en particular las almendras y los pistachos, tienen un potente efecto prebiótico. Además, su consumo parece aumentar la presencia de Lactobacillus y Bifidobacterium en nuestra microbiota intestinal.

Cocina los alimentos de forma saludable. Cocinar al vapor, escaldar, saltear y guisar a fuego lento son las mejores opciones. De este modo, podemos beneficiarnos más de los compuestos fitoquímicos presentes en las verduras.

Evite el estrés, el tabaco, el alcohol y el sedentarismo. El ejercicio regular tiene un efecto positivo en nuestra microbiota intestinal. Razón de más para mantenerse físicamente activo.