Compulsiones alimentarias

[Artículo actualizado el 19/09/2023]

A menudo ocultas, por pudor o por miedo, las conductas alimentarias compulsivas dañan nuestra relación con la comida y pueden ser indicativas de un trastorno o malestar emocional. Al ser incomprendidas, las personas que las padecen no siempre se atreven a confiar en su entorno o a ponerse en contacto con un profesional. Sin embargo, cuanto antes se traten, más eficaz será el tratamiento.

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No soy una experta en este campo, pero me apasionan la nutrición y la salud.

Los artículos que encontrarás en mi sitio son el resultado de una investigación en profundidad que me gustaría compartir contigo. Sin embargo, me gustaría subrayar que no soy un profesional de la salud y que mis consejos no deben sustituir en ningún caso a los de un médico cualificado. Estoy aquí para orientarte, pero es importante que consultes a un profesional en caso de dudas específicas o preocupaciones médicas. Su bienestar es importante. Así que asegúrate de consultar a los especialistas adecuados y cuídate lo mejor posible.

¿Compulsiones alimentarias? ¿De qué estamos hablando exactamente?

Cuando pensamos en comer compulsivamente, solemos pensar en un trastorno alimentario bastante conocido en nuestra sociedad: la bulimia.

Pero es importante distinguir entre ambos:

Un ataque bulímico corresponde a la ingesta de grandes cantidades de comida, no necesariamente elegida, con una sensación de pérdida de control y sin placer al comer, seguida regularmente de comportamientos compensatorios: restricción calórica, vómitos, toma de laxantes, ayuno, sesiones intensivas de deporte, etc. Las personas que sufren bulimia suelen tener un peso considerado «normal» (IMC entre 18,5 y 25).

Cuando no existen conductas compensatorias, el trastorno se denomina hiperfagia bulímica.

Laalimentación compulsiva corresponde a la ingestión de alimentos seleccionados, con la noción de placer alimentario, con o sin el desarrollo de comportamientos compensatorios. Las personas con alimentación compulsiva tienden a tener sobrepeso.

La principal diferencia, además de la cantidad de comida consumida, será la noción de placer alimentario.

La bulimia es un auténtico trastorno alimentario, mientras que la alimentación compulsiva se asemeja más a lo que podríamos denominar «trastornos alimentarios». Aunque los síntomas del trastorno alimentario sean menos graves que los de un trastorno alimentario, siguen requiriendo un tratamiento integral (dietético, psicológico, emocional, etc.).

¿Cuáles son las causas de la alimentación compulsiva?

Hay varias causas posibles, separadas o combinadas:

  • Falta de cal orías: cuando una dieta es demasiado restrictiva, con comidas demasiado ligeras y que no aportan al organismo la cantidad adecuada de calorías. Esta falta de calorías lleva a comer de forma impulsiva, con impulsos casi incontrolables en determinados momentos del día, o con la sensación de no poder parar de comer.
  • Restricción cognitiva : intentar controlar lo que se come y cómo se come para perder peso o mantenerlo.
  • Un mal ritmo alimentario: comidas demasiado espaciadas en el tiempo, lo que multiplica por diez el hambre y acentúa el riesgo de impulsividad a la hora de comer.

A menudo es la insatisfacción corporal la que lleva a la introducción de dietas deliberadamente drásticas para perder peso rápidamente, lo que puede conducir a una alimentación compulsiva.

  • Laserotonina, apodada la «hormona del bienestar «, puede ser menos segregada por el organismo cuando hay estrés diario, lo que hace más difícil dar un paso atrás y tomarse tiempo para uno mismo, lo que se combina con alteraciones del sueño y fatiga. Todo esto también puede provocar antojos de azúcar, lo que a su vez puede llevar a comer compulsivamente a última hora de la tarde, especialmente si el almuerzo no es completo o suficiente.
  • Gestión de las emociones: el acto de comer genera un placer inmediato y puede ser utilizado por algunas personas para «anestesiar» ciertas emociones que no quieren sentir: ansiedad, sensación de vacío, ciertos sentimientos o a veces pensamientos dolorosos. Comer compulsivamente proporciona un alivio instantáneo.
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Comer compulsivamente: ¿cuáles son las soluciones?

Elprimer paso es identificar la causa para poder poner en marcha la estrategia de tratamiento adecuada.

  • Si no está satisfecho con su cuerpo y quiere perder peso, reunirse con un dietista-nutricionista le ayudará a establecer una dieta adecuada. El objetivo será reanudar una dieta suficiente con comidas regulares cada 4 o 5 horas. Hay que procurar no saltarse comidas y equilibrar la dieta con un aporte de almidón en cada comida. Al mismo tiempo, también puede trabajar sus sensaciones de hambre y saciedad practicando, por ejemplo, la alimentación consciente. Este enfoque te ayudará a reducir las compulsiones y a perder peso con más calma. No dudes en ponerte en contacto con un profesional formado en el enfoque psico-conductual o con un dietista especializado en trastornos alimentarios.
  • En caso de déficit de serotonina, el dietista-nutricionista también puede ayudarte aconsejándote alimentos ricos en triptófano para estimular la secreción de serotonina, orientándote sobre los hábitos alimentarios, el estrés y el sueño, y enseñándote a cuidarte y a respetar mejor tus necesidades. Todos estos consejos y habilidades serán muy beneficiosos para limitar las compulsiones y hacer que te sientas mejor. Los dietistas formados en micronutrición también podrán aconsejarle sobre los complementos alimenticios adecuados en caso necesario.
  • Si tiene la impresión de que sus hábitos alimentarios compulsivos están estrechamente relacionados con su estado emocional y psicológico: aparecen cuando está deprimido, disgustado, solo, etc. Llevar un diario alimentario en el que registres tus emociones te permitirá identificar los factores que desencadenan tus compulsiones o, por el contrario, los que te hacen sentir bien. El psicólogo que practica la TCC (terapia cognitiva y conductual) y el dietista conductual podrán apoyarle.

Además de la dietética y/o la psicología, también pueden ser interesantes otros enfoques complementarios:

  • Sofrología para ayudar a gestionar las emociones y el estrés.
  • Hipnoterapia para ayudarle a escuchar mejor sus sensaciones alimentarias y respetarlas.
  • Meditación para reducir el estrés.
  • Alimentación consciente para aliviar las compulsiones.

Las compulsiones alimentarias suelen dañar nuestra relación con la comida. Comer debería seguir siendo un momento de placer y de compartir. Cuando deja de ser así, el simple acto de comer puede convertirse en una verdadera lucha.

No dejes que comer compulsivamente dicte tu vida diaria, habla con alguien cercano o con un profesional sanitario. Lo más importante es hablar de ello, para que puedas empezar a tomar las riendas y mejorar gradualmente tu bienestar.

Cuídate mucho.