¿Cuáles son las interacciones entre los medicamentos y los alimentos?

[Artículo actualizado el 19/09/2023]

Desde hace varios años, examinamos los vínculos entre la farmacoterapia y nuestra alimentación.

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No soy una experta en este campo, pero me apasionan la nutrición y la salud.

Los artículos que encontrarás en mi sitio son el resultado de una investigación en profundidad que me gustaría compartir contigo. Sin embargo, me gustaría subrayar que no soy un profesional de la salud y que mis consejos no deben sustituir en ningún caso a los de un médico cualificado. Estoy aquí para orientarte, pero es importante que consultes a un profesional en caso de dudas específicas o preocupaciones médicas. Su bienestar es importante. Así que asegúrate de consultar a los especialistas adecuados y cuídate lo mejor posible.

Entre las consecuencias para la salud y las interacciones que conviene evitar, los casos son frecuentes. Así que es innegable que siempre debemos estar atentos a los efectos de la medicación.

Comprender los efectos indeseables de los tratamientos sobre el peso

Varios pacientes sometidos a tratamiento experimentan con frecuencia efectos sobre su peso (aumento/pérdida). Además del aumento de peso iatrogénico, estos medicamentos son un verdadero obstáculo para la pérdida de peso. Algunos pacientes se desaniman y no saben cómo superar este problema. Es más, reciben muy poca información sobre los efectos secundarios de su tratamiento y, por tanto, son incapaces de adoptar nuevos hábitos, sobre todo alimentarios.

Así que es un hecho: los medicamentos pueden provocar un aumento de peso.

¿Cómo se explica este fenómeno?

Existen seis explicaciones plausibles:

  • Disminución del gasto energético;
  • Aumento del tejido adiposo, debido a la estimulación adicional de la secreción de insulina;
  • Aumento del apetito;
  • Aumento de la sed, que lleva al consumo de bebidas azucaradas;
  • Retención de agua;
  • Alteraciones del gusto que llevan a comer en exceso.
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Ejemplos de interacciones farmacológicas y efectos secundarios

Medicamentos psicotrópicos (antidepresivos y antipsicóticos)

Estos fármacos pueden provocar una ralentización del metabolismo, un aumento del apetito, una reducción de la actividad y cambios hormonales.

Alteración endocrina: Los psicofármacos alteran las señales relacionadas con la sensación de hambre y saciedad en el hipotálamo. Esta alteración produce un efecto orexígeno, es decir, estimula el apetito y reduce el gasto energético.

Insulina

La función de la insulina es hacer que la glucosa entre en las células del organismo, en particular en los músculos, el tejido adiposo y el hígado, donde se transforma y se almacena. La secreción de insulina favorece el almacenamiento de grasa en el organismo.

En la diabetes, generalmente se encuentra azúcar en la orina, lo que se conoce como glucosuria. Esto se debe a la ausencia de insulina, que impide que la glucosa penetre en las células. En la diabetes, la administración de insulina tiende a eliminar la glucosuria. Finalmente, la glucosa es absorbida por las células, lo que provoca un aumento de peso.
Por lo tanto, los pacientes deben adoptar un nuevo estilo de vida compatible con sus dosis de insulina.

Betabloqueantes

Los betabloqueantes se utilizan en cardiología, sobre todo en el tratamiento de la hipertensión, la angina de pecho y los trastornos del ritmo cardíaco. Los betabloqueantes reducen a la mitad el efecto de la termogénesis tras una comida, lo que provoca el almacenamiento de grasa en el organismo y, por tanto, un aumento de peso. La termogénesis regula la temperatura corporal quemando grasas. Esto ayuda a regular y estabilizar el peso.

Corticosteroides

Al principio, la toma de corticoesteroides aumenta la sensación de hambre y, por tanto, puede favorecer la hiperfagia. A corto plazo, los pacientes suelen quejarse de dolores de estómago, cambios de humor y alteraciones del ciclo menstrual en las mujeres.

Después de 2/3 meses de tratamiento, puede observarse hiperinsulinemia (aumento de la secreción de insulina causado por la resistencia a la insulina) en el 40 al 60% de los pacientes.
La hiperinsulinemia conduce al desgaste muscular, favorece el almacenamiento de grasa y provoca una redistribución de las células adiposas (lipodistrofia observada en la cara).

Antihipertensivos

Pueden favorecer el aumento de peso por retención de agua (edema). En efecto, la dilatación de los vasos sanguíneos ligada a los efectos del medicamento contribuye a disminuir la presión arterial. Sin embargo, los vasos se vuelven menos estancos, lo que provoca fugas de plasma hacia el líquido intersticial y la formación de edemas.

Además de los efectos deletéreos que estos tratamientos tienen sobre nuestra salud física, la salud mental no se ve menos afectada.

La consecuencia más frecuente y demostrada es la dependencia. Esto ocurre sobre todo cuando se toman psicofármacos como antidepresivos, anyolitos, neurolépticos, hipnóticos y reguladores del trastorno bipolar. El sujeto tiende a desarrollar una adicción muy rápida que puede alterar su estado de ánimo. El seguimiento psicológico es importante para contrarrestar las consecuencias devastadoras de la adicción.

Interacciones entre fármacos y alimentos que deben evitarse

Además del impacto de los fármacos en nuestro metabolismo, la interacción con ciertos alimentos puede tener varios efectos:

  • Reducción de la acción de la droga;
  • Aumento de la acción del fármaco;
  • Aumento de ciertos efectos indeseables.

Vitamina K y anticoagulantes:

La vitamina K es esencial para la coagulación sanguínea, la mineralización ósea y el crecimiento celular. Está presente en nuestra dieta y las necesidades son bastante bajas (45 microgramos para un adulto y 10 microgramos para un niño).

Los AVK (antivitamina K) tienen un efecto anticoagulante y se utilizan sobre todo en las enfermedades cardiovasculares.

La vitamina K se encuentra principalmente en grandes cantidades en verduras verdes como la col rizada, las coles de Bruselas, el brécol, la ensalada, etc. También se encuentra en el pescado, los productos lácteos y el hígado.

Por lo tanto, durante el tratamiento es esencial ajustar la cantidad de vitamina K ingerida en función de la dosis de AVK prescrita. Una interrupción brusca de la ingesta de vitamina K puede provocar una sobredosis del medicamento, con la consiguiente hipocoagulabilidad. A la inversa, un exceso de vitamina K reduce la eficacia del tratamiento y puede provocar una trombosis. En este caso, debe aumentarse la dosis.

Los ácidos omega-3 tienen un efecto similar a los AVK, por lo que su interacción puede aumentar el riesgo de hemorragia.

Cítricos y antiinflamatorios/aspirina

Tomar antiinflamatorios o aspirina en combinación con cítricos (limón, pomelo, naranja) puede provocar dolores de estómago como reflujo gástrico o ardor.

El pomelo y sus interacciones

El consumo de pomelo cuando se toman medicamentos para reducir el colesterol, como la simvastatina o la atorvastatina, puede aumentar su absorción y tener graves consecuencias musculares.

Al igual que ocurre con el uso de inmunosupresores, el consumo simultáneo de pomelo no está exento de consecuencias para los riñones.

pamplemousse

Calcio y antibióticos

El consumo excesivo de productos lácteos (queso, yogur, leche) reduce el impacto de los antibióticos. El calcio presente en los productos lácteos forma un complejo insoluble con el antibiótico, alterando su eficacia.

Regaliz e hipertensión

Se ha demostrado que el regaliz eleva la tensión arterial, por lo que si padeces hipertensión crónica, es mejor que limites el consumo de regaliz y productos anisados.

Alcohol

Las interacciones entre el consumo de alcohol y la medicación son muy frecuentes. Se producen sobre todo cuando se toman ansiolíticos como las benzodiacepinas, analgésicos, medicamentos a base de codeína, tramadol, neurolépticos, antidepresivos, etc., así como todos los medicamentos que reducen el estado de alerta.

Estos medicamentos afectan al estado de ánimo y, en particular, a la concentración, por lo que cuando interfieren con el alcohol, los efectos se amplifican, en particular mediante un aumento de la somnolencia.

Además de la somnolencia, otros cambios metabólicos son el aumento del ritmo cardíaco, las palpitaciones, la sudoración, la ansiedad, las náuseas y los vómitos.

La combinación de alcohol con antiinflamatorios no esteroideos puede provocar ardor de estómago y reflujo gastroesofágico.

Cafeína

Las bebidas con cafeína tienen un efecto reductor sobre la eficacia de medicamentos como los tranquilizantes o los hipnóticos. Además, la cafeína puede afectar negativamente a determinadas enfermedades, como el asma. Como parte del tratamiento del asma, se administra un broncodilatador de tipo teofilina para abrir las vías respiratorias. La cafeína del café es similar a la teofilina, por lo que tomar café y medicación para el asma juntos puede amplificar los efectos secundarios del tratamiento.

Té y suplementos de hierro

Se sabe que el reduce la absorción de hierro en el organismo. Por esta razón, si está tomando suplementos de hierro, es aconsejable no tomar té durante las dos horas siguientes. Los taninos presentes en el hierro reducen su absorción en un 70%.

Como norma general, siempre es mejor comentar los distintos efectos e interacciones de los medicamentos con un profesional sanitario para evitar cualquier riesgo. Las interacciones entre medicamentos también pueden ser un peligro para la salud del paciente. En caso de aumento de peso iatrogénico, parece importante el apoyo de los profesionales sanitarios.