[Artículo actualizado el 19/09/2023]
El germen de trigo y la levadura de cerveza son alimentos ricos en diversas vitaminas y oligoelementos. Son complementos alimenticios 100% naturales. ¡Suficientes para ayudarte a combatir la fatiga invernal!
¿Qué es el germen de trigo?
El grano de trigo se compone de 3 partes:
- La cáscara, también llamada salvado, conocida y utilizada por su alto contenido en fibra.
- El grano, que constituye más del 80% del grano y está compuesto principalmente de almidón.
- El germen, que es la parte del grano de trigo que contiene el embrión de la futura planta. Representa el 2,5% del grano de trigo.
El germen de trigo es particularmente rico en vitaminas A, E y ciertas vitaminas del grupo B (B1, B6 y B9), así como en fósforo, potasio, hierro, manganeso, zinc y selenio. También contiene fitoesteroles, que reducen la absorción del colesterol en el intestino.
Está disponible en los comercios en forma de copos deshidratados, copos o polvos para añadir a la dieta, o en cápsulas.
Atención: si compra germen de trigo no estabilizado, no se ha utilizado ningún proceso térmico, por lo que será sensible a la oxidación del aire y es mejor conservarlo en un lugar fresco.
Si consume germen de trigo estabilizado, ha sido sometido a un tratamiento térmico para evitar que se ponga rancio. Puede conservarlo en un lugar fresco y seco entre 6 meses y 1 año.
¿Y la levadura de cerveza?
Es el nombre común de un grupo de hongos microscópicos inofensivos que se dan de forma natural en la naturaleza. Se utiliza para fermentar la cerveza, de ahí su nombre. Sus residuos se reciclan, generalmente se secan para conservarlos mejor, y se utilizan para fabricar un suplemento natural. Está disponible en polvo o en copos para añadir a la dieta, o en forma de cápsulas. También puede añadirse a determinados alimentos, como ciertos condimentos o cremas para untar.
Es rica en calcio, cobre, hierro, magnesio, fósforo, potasio y azufre. También es rica en algunas vitaminas del grupo B (B1, B3, B6 y B9).
Conviene distinguir entre la levadura activa, no calentada, que conserva sus propiedades probióticas, y la levadura inactiva, calentada y utilizada en la preparación industrial de bebidas alcohólicas. Por tanto, es preferible elegir la levadura de cerveza activa.
Sus diversos beneficios
- Compuesta de microorganismos vivos, la levadura de cerveza activa actúa como un probiótico natural, ayudando a regular la flora digestiva que a veces puede resentirse, sobre todo en invierno.
- Durante los periodos de actividad física, el germen de trigo puede ayudar a compensar las mayores pérdidas de potasio.
- El invierno, periodo de mayor estrés, es una época de riesgo para la carencia de magnesio, por lo que el germen de trigo y la levadura de cerveza son buenos aliados.
- Como buenas fuentes de cobre, ayudan a favorecer la absorción del hierro, que suele ser deficitario en mujeres y deportistas.
- El germen de trigo es una buena fuente de vitamina E, una vitamina eficaz en la lucha contra las enfermedades cardiovasculares, pero también una vitamina antioxidante que combate el envejecimiento de las células.
- Ricos en proteínas, pueden completar una alimentación con riesgo de carencias, sobre todo en la población vegetariana y vegana.
- La levadura de cerveza y el germen de trigo son una buena fuente de vitaminas del grupo B. Estas vitaminas ayudan a utilizar los hidratos de carbono, proteínas y lípidos de la dieta y también contribuyen a la salud de la piel, el cabello y las uñas. Estas vitaminas también son esenciales para el buen funcionamiento del sistema nervioso y los músculos.
Advertencia: consumida en exceso, la levadura de cerveza puede provocar flatulencias e hinchazón. La levadura de cerveza tampoco se recomienda a las personas que sufren infecciones recurrentes por cándida.
Cómo utilizarlas
El germen de trigo y la levadura de cerveza pueden espolvorearse sobre ensaladas, pasta u otros platos, en yogures o sopas. Se recomienda tomar una cucharada sopera de cada uno al día.
Puedes comprarlas por separado o encontrar suplementos que combinen las dos. También puedes encontrar suplementos enriquecidos con selenio, un oligoelemento esencial para nuestra salud y antioxidante natural, cuya carencia puede afectar a determinados sectores de la población.
Para preservar todos sus beneficios, es aconsejable no calentarlos.
En invierno, opte también por la vitamina D
Indispensable para la salud de los huesos y los dientes, la vitamina D se sintetiza principalmente en la piel bajo el efecto de los rayos ultravioletas del sol y puede almacenarse en el hígado y en las grasas para utilizarla cuando el organismo la necesite.
En invierno y al principio de la primavera, cuando estamos más nublados, los rayos ultravioletas del sol son menos potentes y nuestras reservas corporales se vuelven insuficientes, se calcula que el 75% de la población es deficitaria. Como la vitamina D desempeña un papel en la regulación del sistema inmunitario, una carencia puede debilitar nuestra inmunidad, que ya se ha visto comprometida durante el periodo invernal.
Por ello, es aconsejable tomar una dosis diaria de 800 a 1000 UI de vitamina D en gotas, y hacerse un análisis de sangre en otoño y al final del invierno para que el médico de cabecera pueda prescribir una dosis mayor si persiste la carencia.
En metaanálisis recientes se ha observado un efecto protector de los suplementos de vitamina D frente a las infecciones de las vías respiratorias, que son especialmente susceptibles de infectarse en invierno.
Y recuerda, siempre es mejor elegir alimentos sanos y de temporada y variar tu dieta para darte un capricho, en lugar de recurrir, sin consejo médico, a suplementos en forma de medicamentos, ¡cuya sobredosis puede ser un riesgo para tu salud!