5 plantas para una mejor digestión

[Artículo actualizado el 19/09/2023]

Acidez, espasmos, náuseas, migrañas, aerofagia, hinchazón… En resumen, es posible que estas molestias le resulten familiares.

Antes de seguir leyendo

No soy una experta en este campo, pero me apasionan la nutrición y la salud.

Los artículos que encontrarás en mi sitio son el resultado de una investigación en profundidad que me gustaría compartir contigo. Sin embargo, me gustaría subrayar que no soy un profesional de la salud y que mis consejos no deben sustituir en ningún caso a los de un médico cualificado. Estoy aquí para orientarte, pero es importante que consultes a un profesional en caso de dudas específicas o preocupaciones médicas. Su bienestar es importante. Así que asegúrate de consultar a los especialistas adecuados y cuídate lo mejor posible.

¿Existen plantas que puedan ayudarnos a digerir mejor?

Los lípidos, es decir, la «grasa» de los alimentos, son los nutrientes más lentos de digerir, ya que necesitan enzimas, bilis y ácido gástrico para descomponerse, lo que hace que nuestro organismo trabaje duro para digerirlos.

Todo ello provoca hinchazón, náuseas y malestar.

Algunas personas también pueden sufrir diarrea y dolores de estómago después de ingerir una comida demasiado grasa.

Pero afortunadamente existen métodos naturales, entre ellos ciertas plantas, que pueden ayudarte a digerir mejor…

¿Qué planta elegir?

¿Sabes qué es el hinojo?

Pues bien, las semillas y los frutos secos del hinojo se utilizan tradicionalmente para estimular la digestión y tratar pequeños problemas digestivos.

Simplemente, al día siguiente de una comida copiosa y grasa, prepárese una tisana: vierta 20 cl de agua hirviendo sobre 1 cucharadita de semillas secas de hinojo. Dejar en infusión de 2 a 3 minutos. Cuela y bebe tres veces al día.

Si no te importa el sabor a anís, también puedes masticar una cucharadita de semillas de hinojo después de comer.

Y hay otra planta que puede ayudar a aliviar la resaca: ¡la alcachofa!

Es un verdadero aliado durante las fiestas, ya que estimula el hígado para digerir mejor las grasas.

No hay nada como una «buena» infusión de alcachofa (no te voy a mentir, ¡sabe mejor!) para ayudar a producir bilis, el líquido que nos permite digerir las grasas, y recuperar el apetito a la vez que rehidratar el organismo.

Mi consejo: para no hacer muecas al tomar esta infusión, mezcla la alcachofa con el regaliz y el anís.

Receta: desmenuza 1 pizca de alcachofa con ½ pizca de anís y ½ pizca de regaliz en un litro de agua fría. Llevar a ebullición y dejar cocer a fuego lento durante unos minutos. Apagar el fuego y dejar infusionar durante 10 minutos. Colar y añadir una cucharadita de miel de romero. Beber esta infusión a lo largo del día.

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Y para facilitar la digestión: rábano negro y carbón vegetal

Utilizado en zumo o en polvo, el rábano negro es conocido por estimular la acción de la bilis en su lucha contra los desechos gracias a sus propiedades que favorecen la secreción biliar.

Ésta es la receta: lava y pela un rábano negro y córtalo en rodajas. Tritúralo con la batidora. Vierte el zumo en una botella de 1,5 litros de agua y bebe 10 ml cada mañana en ayunas. Si el sabor es demasiado fuerte, añade un poco de agua o zumo de fruta.Guárdelo en el frigorífico.

El carbón vegetal se elabora a partir de coco, roble o ceniza y es un potente antiespasmódico natural. Básicamente, actúa como una esponja y fija los gases. A continuación, se evacua en las heces junto con las sustancias capturadas. ¡De ahí la gran eficacia del carbón vegetal contra la hinchazón!

Se presenta en forma de polvo, cápsulas, comprimidos o gránulos.

La dosis recomendada es de 4 a 6 cápsulas al día, acompañadas de grandes vasos de agua.

Sin embargo, hay que tomar algunas precauciones: al actuar como una esponja, el carbón vegetal es un complemento alimenticio que no debe tomarse al mismo tiempo que otro tratamiento. Podría atraparlo y eliminarlo antes de que tenga la oportunidad de hacer efecto. Por lo tanto, es aconsejable hablar con su médico si también está tomando un tratamiento. También debe evitarse en caso de estreñimiento, ya que ralentiza el tránsito intestinal.

¿Y los aceites esenciales?

Le recomiendo la menta piperita.

Más concretamente, elaceite esencial (AE) de menta.

No soy yo quien lo dice, son las principales autoridades sanitarias quienes reconocen el uso de la menta piperita (aceite esencial y hojas) en los trastornos digestivos, en particular en el síndrome del intestino irritable.

Esta planta alivia el dolor, los espasmos, las náuseas, etc.

También es un excelente remedio natural contra el mal aliento.

Para ello, mezcla 25 cl de agua con un chorrito de miel y 1 gota de aceite esencial de menta piperita (no tomes más de una gota, ya que su principio activo es potente).

Importante: para determinar la frecuencia, la duración, la posología y las indicaciones de uso de este aceite esencial, es necesario consultar a un médico. Los aceites esenciales no deben tomarse solos.

En resumen

  • Las «grasas» tardan más en digerirse (por eso no te sientes muy bien después de una comida festiva);
  • El hinojo, la alcachofa, el rábano negro, el carbón vegetal y el AE de menta son tus aliados. (estas plantas te ayudarán a digerir mejor y a reducir tu hinchazón);
  • Pide consejo a tu médico sobre el carbón vegetal y el O.E. de menta (existen algunas contraindicaciones).