[Artículo actualizado el 19/09/2023]
La flora intestinal, también conocida como microbiota, es un grupo de microorganismos presentes en los intestinos. Viven en simbiosis con el cuerpo humano, no son patógenos y contribuyen al buen funcionamiento del organismo. Sin embargo, algunos microorganismos, como la candida albicans, pueden aumentar su población, lo que provoca una serie de síntomas y desequilibrios, ¡incluidos los antojos compulsivos de dulces!
Vamos a ver cómo ocurre esto y qué puedes hacer al respecto para reequilibrar tu flora intestinal y frenar los efectos nocivos sobre tu peso.
¿Qué es la Candida albicans?
La Candida albicans es un hongo microscópico que vive de forma natural como levadura en nuestra microbiota intestinal.
Pero cuando se desarrolla en exceso, se convierte en un moho parásito y extiende su territorio. Entonces provoca diversos síntomas digestivos (hinchazón, problemas de tránsito, etc.) o de otro tipo (antojos de dulces, cansancio, alergias, depresión, agresividad).
Con el riesgo, por supuesto, de padecer sobrepeso.
Normalmente, las bacterias de la flora intestinal la controlan, pero en caso de estrés prolongado, alteración de la flora intestinal, uso repetido de antibióticos u otros fármacos (antiinflamatorios, corticoides), se debilitan y dejan el campo libre a la candida albicans. Ésta toma el control y comienza a recubrir la mucosa intestinal, impidiéndole asimilar ciertos minerales, entre ellos el magnesio.
La mucosa intestinal se daña y deja pasar elementos que no deberían haber entrado en el intestino, provocando hipersensibilidades alimentarias (gluten, lactosa, etc.) que antes no padecíamos. Para desarrollarse, al intestino le gusta vivir en un entorno ácido y dulce. Una alimentación con desequilibrio ácido-base: demasiado rica en proteínas animales y demasiado pobre en frutas y verduras, favorece su desarrollo.
La Candida albicans utiliza parte de los azúcares que consumimos para sus propias necesidades, ¡lo que agradece enormemente!
Vive principalmente en el colon ascendente, donde los azúcares son digeridos por bacterias, lo que lleva a comer compulsivamente alimentos ricos en almidón o dulces, alimentando así la candida albicans, y de ahí nuestro problema. Se mantiene así un círculo vicioso, en el que el estrés también nos empuja a comer dulces.
Para actuar, hay que reconocer los principales síntomas de la candidiasis
Se trata esencialmente de problemas digestivos que deben alertarte: hinchazón sistemática, sensación de estómago demasiado lleno después de cada comida, reflujo ácido, diarrea y estreñimiento alternados.
El cansancio persistente, los picores anales, las alergias (moqueo, etc.) o las reacciones cutáneas, la agresividad, la depresión se añaden a menudo a la lista.
¿Cómo se puede restablecer el equilibrio de la flora intestinal?
Hay tres objetivos:
- Eliminar la candida albicans,
- preservar las levaduras sanas,
- restablecer el equilibrio general del ecosistema intestinal.
Si sólo tratamos el hongo sin cambiar su entorno, volverá. El tratamiento puede ser largo, de 6 meses a 1 año.
Adapta tu alimentación para reducir la candida albicans
El objetivo de cambiar la alimentación es matar de hambre al hongo y obligarlo a volver a una posición equilibrada dentro de su microbiota. La mejor estrategia es crear un entorno fisiológico sano. Conseguir que su sistema digestivo vuelva a estar en equilibrio es un paso crucial en el proceso de erradicación de la candidiasis de una vez por todas.
Para ello, durante un periodo de tres semanas a un mes, es necesario :
Limitar los hidratos de carbono rápidos contenidos en los alimentos procesados (platos preparados comerciales, productos pasteurizados y refinados, así como todos los alimentos ricos en conservantes, pesticidas y otras sustancias químicas) y el azúcar refinado (especialmente el azúcar blanco).
Pero el azúcar también tiene otros nombres. Así que lee atentamente las etiquetas y omite todos los alimentos que contengan las palabras: sacarosa, fructosa, maltosa, lactosa, glucosa, glucógeno, manitol, sorbitol, galactosa, monosacárido o polisacárido.
Cuidado, el azúcar es el alimento preferido de la candida albicans.
Intentalimitar tu consumo de carne, ya que el tratamiento con antibióticos de los animales también es perjudicial para tu flora intestinal, ya que debilita el sistema digestivo y la flora intestinal, dejando espacio para la proliferación de candida albicans.
Reduce tu consumo de lactosa , el azúcar es el alimento básico de la candida albicans. Alterne una comida con un producto lácteo natural y otra con una porción de queso duro (Gruyère, Comté, Beaufort, etc.): yogures, quesos duros, leche vegetal (almendra, arroz, coco, etc.) o leche baja en lactosa (light morning, etc.). Evite la crème fraîche, los helados y otras preparaciones industriales o caseras y la bollería. Estos alimentos son a la vez dulces y acidificantes.
Reduzca también el consumo de :
- levaduras y fermentos contenidos en todos los alimentos y preparados que contengan levaduras, mohos o fermentos, como el pan, la pizza, la salsa de soja, el tamari, las bebidas fermentadas, etc.
- cereales ricos en gluten (trigo, centeno, avena, cebada, espelta, kamut) y maíz, que es muy rico en azúcar.
- Las verduras y frutas ácidas o demasiado azucaradas.
Privilegie los alimentos alcalinizantes.
Evite ciertas frutas como las cerezas y las uvas, que contienen sacarosa, y todos los cítricos excepto los limones y los pomelos, que aumentan la acidez del tubo digestivo.
Puede sustituir estos alimentos por
- leches vegetales: arroz, almendras, leche de coco enriquecida con calcio, etc. ¡Te aportarán proteínas y calcio y te serán de gran ayuda en la cocina!
- aguacates, pomelos, manzanas, arándanos, fresas, grosellas y, por supuesto, ¡los famosos limones (3 raciones de unos 100 g al día)!
- Las verduras no feculentas y alcalinizantes deben consumirse en cantidad. Sin embargo, hay que tener en cuenta el contenido en azúcar de las frutas.
- Cereales sin gluten o bajos en gluten como el arroz, el trigo sarraceno, la quinoa, el amaranto, la tapioca, el arrurruz, el mijo, el sorgo, el teff… el maíz, las castañas. Los encontrarás en forma de copos, harina, sémola o tal cual, para que puedas explorar nuevas formas de cocinar.
- Legumbres como garbanzos, lentejas (verdes o coral), azukis, alubias (blancas, rojas, etc.). Combinadas con cereales, son excelentes fuentes de proteínas vegetales y un sustituto ideal de la carne.
- Semillas oleaginosas: nueces, almendras, anacardos, pacanas, etc. Son una excelente fuente de proteínas, así como de calcio y potasio. Además, ¡sacian mucho!
- Como fuente de proteínas, los huevos cocidos y el pescado de piscifactoría natural te aportarán los omega 3 y 6 indispensables para una buena salud.
Por último, ¡bebe mucha agua! Una buena prueba: si tu orina es clara (excepto cuando te despiertas), ¡estás bebiendo lo suficiente!
Esta dieta anticandidosis te ayudará literalmente a recuperar la salud, la energía y el buen humor.
A continuación, intenta ceñirte a estos principios fundamentales reintroduciendo algunos alimentos dulces si sientes la necesidad, ¡pero con moderación!
No dudes en tomar una cura de 3 semanas de magnesio marino.
Algunos aliados naturales para ayudarte
- El ajo, un agente antifúngico, 1 diente al día para tragar o tomar en cápsulas.
- Extracto de semillas de pomelo, un potente antifúngico natural, a tomar en cápsulas de 2 a 10 mg al día (para los adultos, pregunte a su farmacéutico si tiene alguna contraindicación).
- Probióticos, para restablecer la flora intestinal y que las bifidobacterias vuelvan a ganar la partida a las cándidas. Deben contener Lactobacillus acidophilus La-5 y Bifidobacterium Bb-12. Curas de 21 días al mes, durante un mínimo de 3 a 6 meses (a veces más).
- Beber al menos 1/2 zumo de limón cada día.
- Coma regularmente rábano negro y alcachofas.
Mima tu flora intestinal, ayúdala a recuperar su equilibrio y ¡di adiós a los antojos de azúcar y a los kilos que no te corresponden!