Una relación tormentosa con mi balanza

[Artículo actualizado el 19/09/2023]

¿Quién no ha vivido una (dudosa) historia de amor con su chivato? Periodos de luna de miel en los que te dice lo que quieres, tan perfecto… Luego, la mayoría de las veces, periodos más difíciles en los que te muestra su verdadera cara, te enfrenta a tu realidad, por dura que sea, te hace derramar lágrimas, apretar los puños, cambiar el rumbo de tu día, dudar de ti mismo….

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No soy una experta en este campo, pero me apasionan la nutrición y la salud.

Los artículos que encontrarás en mi sitio son el resultado de una investigación en profundidad que me gustaría compartir contigo. Sin embargo, me gustaría subrayar que no soy un profesional de la salud y que mis consejos no deben sustituir en ningún caso a los de un médico cualificado. Estoy aquí para orientarte, pero es importante que consultes a un profesional en caso de dudas específicas o preocupaciones médicas. Su bienestar es importante. Así que asegúrate de consultar a los especialistas adecuados y cuídate lo mejor posible.

El amor, el odio, la culpa, la decepción, la necesidad compulsiva de ir a por ella… ¿Y si por fin decidimos poner fin a esta relación tóxica que mantenemos con nuestra báscula?

Condición previa: cuando comes para llenar el vacío interior…

Siempre he dicho a mis pacientes que las dietas de todo tipo son inútiles y nunca lo serán hasta que todo el mundo entienda por qué come y qué es lo que realmente le hace engordar. ¿Es falta de bienestar? ¿Falta de amor? ¿Falta de afecto? ¿Baja autoestima? ¿Conflictos con los seres queridos o en el trabajo? etc. Es importante entender que comer en estos casos es una forma de llenarse, reconfortarse y tranquilizarse.

Una vez que hayas resuelto tus conflictos internos (con la ayuda de profesionales si es necesario) te darás cuenta de que ya no necesitas comer para compensar los altibajos emocionales. A algunas personas les llevará 1 año, a otras 6 meses o incluso 2 o 3 años… Pero cuando llegues a aceptar tu personalidad, tu historia y finalmente te sueltes… Tus kilos (emocionales) se quitarán solos…

Si hoy están ahí, es para avisarte de que algo no va bien… Así que escucha lo que tu cuerpo tiene que decirte… ¡Y tranquilízalo!

Sé TÚ misma e intenta contrarrestar el bombo actual sobre la delgadez (¿el único criterio de belleza?), el «verano corporal» (que tanta culpa induce) y toda esa desinformación sobre que los cuerpos de las mujeres (y de los hombres…) son así, asá…. Encajar en tal o cual caja y, sobre todo, no pasarse… ¡!

Asume tu singularidad. El cuerpo ideal está ahí, delante de tus narices, mírate al espejo y aprecia lo que estás viendo… ¡TÚ! No hay 2 como tú.

La báscula: sus cualidades y sus defectos

Cuando la aguja te dice tu estado de ánimo del día, ya es demasiado tarde. La báscula se ha convertido en una fuente de estrés, en un objeto de tortura y de culpabilidad. Aceptamos que nos definan por una cifra, un IMC (Índice de Masa Corporal), una cuadrícula, unos estándares… Pero, ¿es realmente posible definirse por 65? 78? 58 u 82?

¿Y tu personalidad? ¿Tus cualidades, tus aspiraciones, tus pasiones?

Mis pacientes me dicen a menudo que la báscula es su salvaguarda, la que les permite controlarse, ajustarse, equilibrarse, reducirse y tranquilizarse. Así que sí, por qué no, pero ¿por qué no empiezas por mirarte al espejo? ¿No vería realmente los kilos que ha perdido o ganado?

La báscula es un indicador, y aporta información, sobre todo cuando se tienen patologías alimentarias: delgadez, sobrepeso u obesidad. Si tu salud está en peligro, se convierte en una herramienta médica. También se utiliza para las mujeres embarazadas, que pueden desarrollar enfermedades si aumentan demasiado (o demasiado poco) de peso durante el embarazo. Sí, la báscula es útil si estás en riesgo. Pero, ¿y el resto del tiempo? ¿Necesitas una báscula para confirmar que has pasado de la talla 40 a la 42, o viceversa?

¿Quiere liberarse del peso? ¿Quiere redescubrir una relación más tranquila con su cuerpo y la comida, con una sensación de bienestar, ligereza y ausencia de culpa?

Empieza por elogiarte, mimarte y, sobre todo: paciencia y perseverancia… ¡!

Vamos, CIAO, ¡déjate llevar! Ya verás, te cambiará la vida… Hay otras formas de conseguir el peso adecuado para ti… Leer más…

salade de fruit

¿Peso y reclusión? ¿Debo pesarme?

No voy a andarme con rodeos: ¡deje de pesarse! Deja la báscula a un lado durante este periodo de reclusión, que inevitablemente implicará menos actividad física y más comidas copiosas cocinadas para mantenerte ocupado y reconfortarte un poco.

Confíe en sí mismo. Una vez pasado, todo volverá a la normalidad. El cuerpo se regula, gana kilos y los pierde… Es un equilibrio que se produce a largo plazo (meses y años), así que no te centres en estas 3/4 semanas.

No te digo que dejes de preocuparte por tu peso, sino simplemente que lo aceptes y vivas con él. Puede que esta situación te enfrente a tu miedo a engordar, pero ahí es donde tienes que tener fuerza de voluntad, ser más fuerte y adoptar nuevos hábitos de vida.

No olvides que es cuando empiezas a escuchar y respetar realmente tus sensaciones alimentarias (hambre, saciedad y placer) cuando tiendes a reducir tus excesos.

Deja a un lado la báscula.

Déjate guiar por tus sensaciones alimentarias durante las comidas, ellas te regulan, mientras que esa falsa amiga, la báscula, es el primer paso hacia el círculo vicioso de los trastornos alimentarios…

¡Viva la diversidad corporal!

Hay para todos los gustos, a algunos les gustan los gordos, los flacos, los altos, los fornidos, los típicos, los rubios, los morenos, etc. Empieza por aceptarte tal y como eres para que los demás puedan ver a la persona real que se esconde bajo esa coraza de vergüenza y miedo a la mirada ajena.

Piensa en positivo. La diversidad corporal es lo que los medios de comunicación intentan ocultar cada día mostrándonos siempre a los mismos hombres y mujeres que se parecen sobrenaturalmente, carne retocada, las cáscaras vacías que vemos en las revistas… Qué triste… Digamos STOP a esta estandarización de nuestros cuerpos (y de nuestras mentes).

No olvides que somos los espejos de los demás, y ellos te reflejarán la imagen que tienes de ti mismo. Intenta no juzgar a nadie por su aspecto físico, sino por su corazón, su humor, su generosidad o su inteligencia.

Tu cuerpo es tu coche, el que te hará viajar el resto de tu vida, así que cuídalo, quiérelo, deja de juzgarlo todo el tiempo, acarícialo y deja de odiarlo porque está ahí… ¡Lo único que quiere es que lo quieran!

¿Cómo puedo hacerlo? Empieza por divorciarte de tu chivato, de una vez por todas… ¡El primer paso hacia la libertad!