[Artículo actualizado el 19/09/2023]
¿Está cansado de ser un espectador de su dieta? ¿Espera una dieta que le diga qué comer, cuánto y cuándo?
¿Te sientes atrapado por tus hábitos alimenticios? ¿Ya no sabes cómo volver a confiar en ti mismo sin miedo a derrumbarte y arruinarlo todo?
En este artículo, voy a darte algunos consejos, algunas pequeñas cosas que poner en práctica a diario para que por fin puedas volver al escenario y convertirte en el actor principal de tu relación con la comida.
Libertad, confianza, ser amable contigo mismo y pequeños pasos que marcarán la diferencia.
Sube el telón. ¡Es tu turno!
Tomo el control de mi comida – Acto 1
Cuando decides tomar las riendas de tu relación con la comida, tienes que emprender una serie de viajes interiores para cuestionarte constantemente, comprenderte mejor y, por último, actuar en consecuencia.
Puedes preguntarte qué sientes en las distintas esferas de tu cuerpo cuando eliges el plato que vas a comer, por ejemplo.
¿Qué te dice tu mente cuando cocinas y comes un plato «dietético»?
- ¿Tu mente?
- ¿Tu cuerpo?
- ¿Tu corazón?
Hazte estas mismas preguntas cuando intentes privarte de los alimentos que te apetecen. ¿Qué te está diciendo?
- ¿Tu mente?
- ¿Tu cuerpo?
- ¿Tu corazón?
¿Observa si alguna de tus esferas está siendo dejada de lado, olvidada? ¿Has notado que no están todas en armonía? Esto creará un desequilibrio en tu interior.
Te invito a alinear estas tres esferas (mente, cuerpo y corazón) para que cuando comas estén en perfecta armonía.
Estarás completamente frente a tu plato y disfrutarás más comiendo.
El objetivo de este trabajo inicial es guiarte hacia la Bondad y la Compasión hacia ti mismo. Deja de luchar contra ti mismo y aprende en cambio a escucharte, comprenderte y respetarte.
Tomo las riendas de mi alimentación – acto 2
¿Y si decidieras confiar en tus sensaciones alimentarias?
¿Qué son las sensaciones alimentarias? Son las sensaciones que te indican tu estómago y tu cerebro, que te informan de la necesidad que tiene tu cuerpo de comer y de cuándo debes parar. Ambos están conectados y trabajan en tándem, pero para ello debes escuchar con atención, de lo contrario no serás consciente de las señales que te envían.
- Reducir la velocidad es la primera clave. Deja de hacer lo que estés haciendo, cuelga el teléfono, tómate el tiempo de no hacer nada durante unos segundos.
- Esto te permitirá observar tu hambre. ¿Qué sientes en el estómago? ¿Te tira? ¿Está lleno? ¿Está vacío? ¿Es agradable o desagradable?
Sentir hambre no es necesariamente una sensación agradable, pero es necesaria porque indica que el cuerpo necesita comer. Es el único indicador real de que el estómago necesita energía. Cada vez que comes sin tener hambre, le estás dando a tu cuerpo calorías innecesarias (y engordando). Más vale que te hagas caso. - Degustar y comer despacio son las segundas claves esenciales. Porque te ayudarán a adaptar tus cantidades, a comer menos y a respetar las necesidades de tu cuerpo (y aquí también, ¡sin pantalla es mucho más fácil!).
Todos los elementos anteriores te ayudarán a reconocer la saciedad, que te indicará cuándo puedes dejar de comer y respetar las necesidades de tu cuerpo, sin comer en exceso ni pasarte.
Cuidado, la sensación de estómago lleno y rebosante no es saciedad. Ya has superado ese punto. La saciedad es cuando ya no tienes hambre (por eso es buena idea esperar a tener hambre antes de comer) y ya no te apetece comer.
Con tu juego de llaves en la mano, puedes ir a los bastidores unos segundos y esperar el último acto de esta obra titulada «Tomo las riendas de mi dieta».
Tomo las riendas de mi dieta – Acto 3
Te invito a utilizar la autohipnosis como herramienta para realizar un viaje interior.
El simple hecho de tomarte el tiempo de cerrar los ojos te permite volver a centrarte en ti mismo.
¿Cómo hacerlo?
Experimento 1: Antes de empezar a comer, te invito a que cierres los ojos e inspires y espires profundamente 3 veces, concentrándote en el flujo de aire que recorre tu cuerpo.
A continuación, pregúntate cómo se siente tu estómago imaginándolo (puedes visualizarlo). ¿Tiene hambre? ¿Tiene ganas de comer? ¿Cuánto espacio tiene para que llegue la comida?
Observa las señales que te envía tu cuerpo y vuelve a abrir los ojos cuando estés preparado.
Entonces puede empezar a comer.
Experimento 2: Cierra los ojos e inspira y espira profundamente 3 veces. Imagínate bajando una escalera de 10 peldaños (contarás del 10 al 1), luego, una vez que hayas llegado a tu interior, te invito a visualizar tu estómago unido a un cable tendido en el suelo. Acércate a este cable y vuelve a conectarlo a la toma eléctrica de tu cuerpo. Una vez hecho esto, imagina que tu estómago se ilumina, que está conectado a tu cuerpo y que la corriente vuelve a fluir.
Puedes volver a tu escalera y subirla de nuevo (contando del 1 al 10) y abrir los ojos en cuanto estés preparado.
Estos minutos de autohipnosis te permitirán volver a conectar con el presente, contigo mismo, con tus sensaciones y tus necesidades. Son esenciales si quiere volver a tomar las riendas de su alimentación.
Ahora puedes deleitarte con el aplauso que te estás dando a ti mismo, porque eres tú quien ha cambiado, quien lo ha dado todo para ser el centro de atención.
Bajo los focos, vas a deslumbrar a los que te rodean, así que no te quedes más en la sombra. Depende de ti.