[Artículo actualizado el 19/09/2023]
¿Una nueva tendencia? ¿Un método mágico para reconciliarte con tu plato? La alimentación intuitiva está de moda.
¿Tienes curiosidad por descubrir sus entresijos?
Como dietista que aplica este método con todos mis pacientes, voy a explicarte cómo puedes comer conscientemente, sin hacer dieta, con placer y sin sentimiento de culpa.
¿Qué es la alimentación intuitiva?
La alimentación intuitiva es un enfoque holístico de la alimentación que se centra en escuchar las señales internas del cuerpo para guiar la elección de los alimentos.
Su objetivo es restablecer una relación sana con la comida reconectando con tus necesidades físicas y emocionales, en lugar de seguir dietas restrictivas o rígidas (que no funcionan, ya que el 95% de las dietas acaban en una recuperación de peso).
La alimentación intuitiva se basa en la idea de que nuestro cuerpo posee una sabiduría innata para regular su peso y su salud.
Esto significa que es capaz de decirnos cuándo comer, qué comer y cuánto comer, si escuchamos nuestras sensaciones corporales. Sí, aquí es donde las cosas se ponen difíciles y hay que salir de la zona de confort.
Este enfoque hace hincapié en la autoconfianza y la autocompasión, animando a las personas a honrar sus necesidades individuales y a desprenderse de la responsabilidad asociada a la comida.
Se trata de abandonar creencias alimentarias como «no comas féculas por la noche», «ciertos alimentos engordan», «la desintoxicación adelgaza», «comer fruta antes de comer es mejor que después», etc. Hay cientos de creencias de este tipo, pero hasta ahora ninguna ha demostrado ser eficaz ni sostenible a largo plazo.
¿No es hora de probar otra cosa?
Aprender a escuchar al cuerpo: ejercicios
Aprender a escuchar al cuerpo es esencial para mantener una buena salud física y mental. Esto significa prestar atención a las señales que nos envía nuestro cuerpo y responder adecuadamente a sus necesidades.
El primer paso para una alimentación intuitiva es aprender a escucharse a uno mismo en su totalidad.
He aquí algunos ejercicios que pueden ayudarte a desarrollar esta capacidad de escucha y a mejorar la relación con tu cuerpo:
- Meditación: La meditación es una forma excelente de conectar con tu cuerpo. Siéntate en un lugar tranquilo, cierra los ojos y concéntrate en tu respiración. Observa las sensaciones físicas de tu cuerpo, la tensión, el hormigueo o el dolor. Aprende a aceptarlas sin juzgarlas y déjalas pasar. Recuerda que existen audios gratuitos en internet que te ayudarán si al principio te resulta difícil.
- Exploración corporal: túmbate en una posición cómoda y concéntrate en cada parte de tu cuerpo, empezando por los pies y subiendo gradualmente hasta la cabeza. Toma nota de las sensaciones que sientes en cada zona. Esto le ayudará a tomar conciencia de su cuerpo y detectar cualquier tensión o molestia. Simplemente observa lo que ocurre.
- Alimentación consciente: Ahora puedes aplicar la alimentación consciente al mismo tiempo que los demás ejercicios. Cuando comas, estate presente y sé consciente de cada bocado. Presta atención a los sabores, las texturas y las sensaciones que la comida aporta a tu cuerpo. Escucha las señales de hambre y saciedad y deja de comer cuando te sientas lleno.
- Actividad física consciente: Cuando hagas ejercicio, concéntrate en los movimientos de tu cuerpo. Sienta la contracción y extensión de los músculos, el calor y el ritmo de la respiración. Sea consciente de los límites de su cuerpo y no lo fuerce más allá de sus capacidades.
- Relajación progresiva: Esta técnica consiste en contraer y relajar cada grupo muscular del cuerpo. Empieza por los pies, contrae los músculos durante unos segundos y luego relájalos. A continuación, sube gradualmente hasta la cabeza. Esto te ayuda a liberar tensiones y a conectar con tu cuerpo.
Practicando estos ejercicios con regularidad, desarrollarás una mayor conciencia de tu cuerpo y serás capaz de responder a sus necesidades con mayor eficacia. Escuchar a tu cuerpo te ayudará a cuidarte, a evitar lesiones y a mantener un equilibrio general entre tu cuerpo y tu mente.
Puedes empezar con 5 minutos al día, hasta que se convierta en algo automático para ti.
Alimentación intuitiva: ponerla en práctica
- Escuchar las señales de hambre y saciedad: aprender a reconocer las señales del cuerpo para saber cuándo empezar a comer y cuándo parar. Éste es el punto de partida, la primera de las sensaciones que hay que observar.
- Satisfacción alimentaria: prestar especial atención a los alimentos que proporcionan satisfacción y placer duraderos, favoreciendo los alimentos que son nutritivos y deliciosos. ¿Qué emociones positivas le producen? ¿Qué intensidad de placer? ¿Un alimento que se suele comer automáticamente sabe igual cuando se saborea con atención?
- Escuchar las necesidades emocionales: Reconozca que la comida puede servir para calmar las emociones, pero busque también otras formas de gestionarlas sin recurrir sistemáticamente a la comida. Elija dar un paseo, leer, ver vídeos cómicos o escribir en lugar de comer. A cada cual sus placeres.
- Respeto por su cuerpo: Cultive una actitud de respeto hacia su cuerpo, adoptando opciones alimentarias que favorezcan el bienestar físico y mental, sin centrarse únicamente en la apariencia.
- Romper con la dietética tradicional: Abandonar las dietas restrictivas, el recuento de calorías y las restricciones alimentarias rígidas, para concentrarse en escuchar a su cuerpo y sus necesidades individuales. Sólo así se garantiza la fiabilidad a largo plazo.
La alimentación intuitiva fomenta un enfoque flexible de la alimentación en el que no se demoniza ningún alimento y se abandona el sentimiento de culpa asociado. Esto ayuda a desarrollar una relación positiva con la comida, basada en la confianza en uno mismo, la autoaceptación y el respeto por el cuerpo.