Dietética responsable: ¿cómo organizarse en casa?

[Artículo actualizado el 19/09/2023]

En mi anterior artículo sobre el tema, te presentaba el concepto mismo de Dietética Responsable tal y como yo lo veía. Te di las primeras claves para empezar a reducir los residuos asociados a tu forma de consumir.

Antes de seguir leyendo

No soy una experta en este campo, pero me apasionan la nutrición y la salud.

Los artículos que encontrarás en mi sitio son el resultado de una investigación en profundidad que me gustaría compartir contigo. Sin embargo, me gustaría subrayar que no soy un profesional de la salud y que mis consejos no deben sustituir en ningún caso a los de un médico cualificado. Estoy aquí para orientarte, pero es importante que consultes a un profesional en caso de dudas específicas o preocupaciones médicas. Su bienestar es importante. Así que asegúrate de consultar a los especialistas adecuados y cuídate lo mejor posible.

Para ello, te invitaba a hacer balance de los residuos que producías para identificar los cambios que debías introducir en tu vida cotidiana. Luego podías prepararte para el cambio equipándote con botes de cristal herméticos, bolsas de la compra, bolsas reutilizables, una yogurtera, quizás, ¡y ordenando tus armarios de cocina! Por último, llegó el momento de pasar a la acción, optando por hacer la compra localmente, comprando productos de calidad y atreviéndote a utilizar tus envases reutilizables y bolsas de tela (¡lo que no siempre es fácil!).

Hoy quiero ayudarte a ir aún más lejos.

Reducir los residuos de envases no significa necesariamente reducir todos los residuos de cocina. Aquí tienes algunas ideas para ir más allá.

Consejo nº 1: Elija calidad en lugar de cantidad

Todos estamos familiarizados con la pesadez de hacer la compra… Pero, ¿y si a partir de ahora la compra se convirtiera en una oportunidad para empezar a sumergirse en platos sabrosos e innovar (¡sin hablar de la gran cocina!)? Deje volar su imaginación cuando vea frutas y verduras de temporada, déjese llevar por sus olores y colores, ¡y atrévase a probar alimentos que nunca antes había probado! Si no quieres desperdiciar nada, sólo tienes que elegir productos de calidad y de temporada: ¡se acabaron los tomates gordos, lisos y sin sabor en pleno invierno! Si no estás seguro de que te vaya a gustar un producto nuevo, compra sólo una pequeña cantidad para descubrirlo. Si eliges canales de distribución cortos, pequeños comerciantes y acudes a los mercados, también podrás obtener consejos sobre cómo cocinar alimentos desconocidos.

Hablemos de frutas y verduras. Dependiendo de dónde vivas, mantenerlas frescas puede ser un verdadero problema. Si tienes la suerte de disponer de una habitación fresca, como una bodega, puedes comprar fácilmente todos los productos para la semana, pero si vives en un piso, ¡es un poco más complicado! Aunque requiere un poco de tiempo y cierta organización, es mejor hacer la compra a mitad de semana que tirar los productos que no se pueden conservar.

Consejo nº 2: No sobrecargue los armarios

El miedo al vacío y a la escasez es una auténtica lacra que proviene de las generaciones anteriores, que experimentaron verdaderas dificultades para abastecerse, sobre todo durante la guerra. Hoy en día, tenemos todo a mano (más o menos) y, a menos que el coche no arranque, ¡no hay riesgo de verse incapaz de hacer la compra de última hora para poder comer!

Además, las grandes promociones que vemos en los supermercados nos incitan a comprar cada vez más, bajo el pretexto de un gran ahorro… En primer lugar, si nos fijamos bien en estas promociones, el ahorro rara vez es tan bueno como parece… Y generalmente, no da tiempo a comer de todo y el producto se caduca, ¡lo cual es una pena!

Entonces, ¿realmente necesitas comprar 3 kg de pasta, 2 kg de arroz, 1 kg de sémola, 5 kg de harina, 500 g de té verde y 500 g de café para toda la semana? A menos que tengas una familia numerosa, ¡no hay razón para ello!

Compra sólo lo que necesites hasta la próxima compra, y así podrás variar más tu alimentación y tener en cuenta lo que te apetece en cada momento.

Potiron

Consejo nº 3: Ordena la nevera y los armarios

A veces, hacer la compra puede llevar mucho tiempo y, al llegar a casa, el reflejo es a veces amontonar todo en la nevera y los armarios, sin ninguna lógica particular: ¡se pone la comida donde todavía hay sitio!

Esto es un error si quieres reducir el desperdicio de alimentos. Empieza por identificar las zonas más frías y menos frías de tu frigorífico para colocar los productos en el lugar adecuado: la fruta y la verdura en la zona más caliente, los lácteos en la zona media y la carne y los preparados a base de huevo (por ejemplo, bollería con nata) en la zona más fría. Elige recipientes transparentes para tus armarios, así podrás ver de un vistazo todo lo que tienes en stock, podrás variar más tus platos y ver la cantidad que tienes en stock. Organiza tus armarios por tipo de alimento y por uso:

  • Alimentos salados: pasta, arroz, lentejas, guisantes, algunas latas de conservas…
  • Dulces: azúcar, harina, bicarbonato, cacao en polvo, frutos secos, almendras…
  • Desayuno: , infusiones, café, muesli, miel
  • etc.

Consejo nº 4: Planifique sus comidas y menús con antelación

Si no se le ocurren ideas cuando ve los puestos, o si no sabe cuánto comprar cuando llega, le aconsejo que planifique la compra con antelación: piense en los menús de la semana y haga la lista de la compra.

  • ¿Cuántas comidas preparará en casa?
  • ¿Cuántas personas se sentarán a la mesa?
  • ¿Tiene prevista una comida familiar o con amigos?
  • ¿Tiene que preparar comidas para el almuerzo en el trabajo?
  • ¿Tienes algún momento especial durante la semana?
  • ¿Harás algún deporte?
  • ¿Tiene algún deseo especial?

Éstas son sólo algunas de las preguntas que te ayudarán a anticipar tus menús y a planificar las cantidades que necesitas para la semana.

Idées de menus soupe

Consejo nº 5: Aprende a cocinar tus residuos verdes

Si compras tus frutas y verduras ecológicas, a menudo puedes aprovechar las peladuras.

Ejemplos sencillos:

  • Patatas y zanahorias: si la piel es fina y no está demasiado dañada, puedes comerla sin problemas después de limpiarla bien. Ni siquiera la notarás en una sopa. También puedes utilizar muchas partes superiores de verduras en la cocina (rábanos, remolachas, zanahorias, etc.).
  • Puerros: me he dado cuenta de que mucha gente sólo come la parte blanca. La parte verde es igual de sabrosa, así que no hay por qué tirarla.
  • Calabaza: la piel de la mayoría de las calabazas se puede comer. Es más, es muy difícil pelarlas, así que entre tú y yo, ¡no pasa nada! Las pipas de calabaza también se pueden comer: por ejemplo, se adoban con aceite, sal y pimentón, y se cuecen en el horno durante 10 minutos. Son perfectas para sustituir a los cacahuetes como aperitivo.

Hay muchos libros con ideas de recetas con peladuras: ¡pruébelo y seguro que adopta este método de cocina!

Truco nº 6: Equípate con un compostador de lombrices

Como ya te comenté en mi anterior artículo, también puedes hacerte con un compostador para evitar tirar tus residuos verdes al cubo de la basura doméstica: ¡los hay de todo tipo, incluso para pisos (inodoros, como los lombricompostadores)! También puedes tirar cáscaras de huevo, cartón (en trozos pequeños y sin imprimir), toallitas de papel y pañuelos de papel (sin imprimir), aunque existen versiones de tela lavable…

Así que no dudes en informarte y equiparte.