[Artículo actualizado el 19/09/2023]
Quién no ha hecho alguna vez un propósito de Año Nuevo o de Semana Nueva: «¡Esta vez voy a empezar a hacer deporte, voy a cumplirlo y voy a adelgazar!
Desgraciadamente, si fuera tan fácil dictar a nuestro cuerpo y a nuestra mente lo que queremos, lo sabríamos. Desgraciadamente, perder peso a base de órdenes es sólo un escaparate.
Como dietista-nutricionista y deportista dominical sin sentimiento de culpa, quería ofrecerte mi punto de vista sobre el tema.
Planteemos la pregunta claramente: ¿el deporte adelgaza?
La respuesta es no. Me explico.
Hacer deporte aumenta las necesidades energéticas de tu cuerpo. Es un hecho: se queman calorías cuando se está activo, tanto si se trata de un deporte de resistencia como de fuerza.
Lógicamente, si esto es así, debería ser normal adelgazar haciendo deporte.
Pero para adelgazar haciendo deporte, hay que hacer algo más que quemar calorías: también hay que adaptar la alimentación y ajustar las sensaciones alimentarias en función de este nuevo gasto de energía.
Se observa muy a menudo que una persona que hace deporte para adelgazar compensa el gasto de energía comiendo más o más rico. Es como si estas personas intentaran evitar el esfuerzo físico (quizás por miedo a una hipoglucemia durante la sesión) aumentando las cantidades consumidas, o como si una comida rica y grasa se convirtiera en una recompensa después del esfuerzo.
Pondré otro ejemplo para ilustrar esto: tomemos a los fumadores que, sabiendo que no podrán fumar durante varias horas (si van a coger el tren o el avión, por ejemplo) fumarán dos cigarrillos seguidos para evitar el síndrome de abstinencia que se avecina.
En circunstancias normales, habrían fumado sólo uno. Es un comportamiento preventivo para evitar que se les acabe. El cigarrillo extra fumado está motivado únicamente por el miedo al síndrome de abstinencia.
Comer más porque ha habido (o va a haber) un gasto de energía se observa muy a menudo en muchas personas. Si hace deporte desde hace tiempo pero todavía no ha conseguido adelgazar, ¿quizás sea por esto?
Te sugiero que hables con un profesional de la nutrición sobre este mecanismo de compensación que estás activando sin darte realmente cuenta.
Hacer deporte y adelgazar es posible.
Lo que tienes que hacer es escuchar y respetar tu sensación de hambre, que se verá afectada por este cambio.
Espera a tener sensación de hambre antes de empezar a comer, será un buen indicador para decirle a tu cuerpo que es hora de comer y que necesita energía.
A través de la degustación, tomarás conciencia de las cantidades que hay en tu plato (mastica, deja los cubiertos, saborea la comida), cantidades que podrás regular/adaptar o modificar cuando hayas alcanzado la saciedad. Gracias a estos tres puntos de conciencia, puedes reducir tus raciones si es necesario o aumentarlas sin miedo a engordar.
Cuidado con el número de la báscula: ¡es un mal indicador!
¿Sabías que el músculo pesa más que la grasa?
Cuando realizas una actividad física, tu cuerpo pierde masa grasa y la sustituye por músculo.
En la báscula, la cifra puede ser más alta aunque tu silueta se haya estilizado.
Por lo tanto, ¡el peso en la báscula es engañoso!
Una buena manera de observar el impacto del deporte en tu cuerpo es hacerte fotos con la misma ropa a lo largo de los meses.
Así podrás ver realmente el cambio, sin tener que basarte en la figura (que a menudo puede hacerte sentir culpable).
El deporte por placer es diferente del deporte para adelgazar
Hay otro punto que me gustaría comentar.
¿Haces deporte para adelgazar o por verdadero placer sin pensar en las consecuencias para tu peso?
La razón por la que haces deporte tendrá un impacto directo sobre si adelgazas o no.
Hacer deporte para adelgazar significa presionarse para conseguir algo a través del esfuerzo. Esto significa que tu cabeza tiene el control, no tus necesidades.
Al cerebro no le gusta que le controlen, así que va a sabotearte sin que te des cuenta, porque desde el principio tu acción ha estado motivada por razones equivocadas.
Hacer actividad física por placer es completamente diferente.
No hay nada como hacer deporte para despejarse, conocer gente nueva, muscular y ponerse en forma, por supuesto.
El deporte es un aliado de la salud que te tonificará, te dará energía a diario y mejorará tu sueño. Los beneficios del deporte están más que demostrados. Así que ¡a por ello!
Cuando decides practicar una actividad física para hacer un bien a tu cuerpo y a tu mente, ¡has ganado!
¿Ves la diferencia?
Hacer deporte para ganar algo, no para perder otra cosa. Es un estado de ánimo positivo.
Queridos nuevos (o no tan nuevos) deportistas, os deseo grandes sesiones de sudor, sentimientos de bienestar y logro, y orgullo por vuestros esfuerzos físicos.
Cuídense practicando una actividad física que se adapte a sus deseos, gustos y necesidades, y que no esté motivada por un deseo equivocado de perder peso.
Para concluir este artículo, lo repito: ¡cuidado con confundir deporte con adelgazamiento!
Prefiera la asociación deporte = placer = bienestar.