[Artículo actualizado el 19/09/2023]
El hierro es un elemento esencial en la producción de sangre. Se almacena principalmente en los glóbulos rojos y ayuda a transportar oxígeno. Por ello, la carencia de hierro es un obstáculo para el buen funcionamiento del cuerpo humano y debe tratarse rápidamente. En este artículo, le hablaré de las causas, los síntomas y el diagnóstico de esta carencia, así como de la forma de prevenirla.
¿Qué es la ferropenia?
La carencia de hierro suele ir acompañada de anemia ferropénica, lo que significa que el organismo no tiene suficientes glóbulos rojos. Este nutriente es esencial para la producción de hemoglobina, una proteína vital para el transporte de oxígeno desde los pulmones a todas las células y órganos del cuerpo humano.
La hemoglobina también es responsable del color rojo de la sangre. En todos los casos, la carencia provoca una reducción del nivel de oxígeno que circula por el organismo.
¿Cuáles son las causas de la falta de hierro?
La anemia ferropénica puede producirse por varias razones.
- Una alimentación pobre en hierro: la principal fuente de nutrientes del organismo son los alimentos. Privilegiar durante un periodo prolongado los productos poco o nada ricos en hierro puede provocar una carencia. La cantidad necesaria al día depende de la edad y el sexo. Por ejemplo, los hombres adultos necesitan 8 mg de hierro al día, mientras que las mujeres que aún no han entrado en la menopausia necesitan 18 mg al día;
- Incapacidad del organismo para absorber el hierro: el hierro de los alimentos es absorbido por el intestino delgado. Pero algunas enfermedades lo dificultan, como la celiaquía, la rectocolitis hemorrágica o la enfermedad de Crohn. Lo mismo ocurre con las operaciones quirúrgicas, como el bypass gástrico, en las que se extirpa una pequeña parte del intestino;
- Pérdida masiva de sangre: la sangre contiene hierro, lo que significa que si se sangra mucho, también se pierde hierro. Las mujeres con menstruaciones abundantes y las personas con enfermedades que pueden provocar hemorragias internas (úlcera péptica, hernia, pólipo colorrectal, etc.) pueden sufrir anemia ferropénica;
- Embarazo: para una mujer embarazada, la reserva de hierro es tanto para ella como para el feto que crece en su interior. El feto lo necesita urgentemente para desarrollarse correctamente;
- Medicamentos: algunos medicamentos, como la aspirina y los antiinflamatorios, pueden provocar hemorragias estomacales. Y los IBP impiden que el organismo absorba más hierro.
Hay que tener en cuenta que la probabilidad de sufrir anemia ferropénica es mayor en determinadas categorías de individuos. Estas son las personas más expuestas
- Mujeres: desde la adolescencia, debido a la menstruación, las mujeres sangran todos los meses. Cuando se quedan embarazadas, sus necesidades de hierro aumentan exponencialmente;
- Veganos: debido a su dieta;
- Niños (0-4 años), adolescentes y mayores de 65 años;
- Donantes frecuentes de sangre.
¿Cuáles son los síntomas de la falta de hierro?
Los síntomas varían en función de lo avanzada que esté la carencia, el estado de salud y la edad. Las personas en las primeras fases de la carencia pueden no mostrar ningún signo.
Los síntomas más comunes son
- Cansancio inusual y dificultad para respirar: el cuerpo no tiene suficiente energía debido a la falta de oxígeno;
- Palpitaciones: el corazón tiene que esforzarse más para hacer circular el oxígeno por todo el cuerpo;
- Palidez en algunas partes del cuerpo, como la cara, las uñas y el interior de los párpados, debido a la falta de hemoglobina, que da a la sangre su color rojo;
- Migraña ;
- Piel y cabello muy secos, caída del cabello;
- Hinchazón y dolor en la lengua y los labios;
- Síndrome de las piernas inquietas: necesidad de mover las piernas, sobre todo por la noche.
También hay otros signos menos comunes:
- Síndrome de pica: deseo de comer cosas no comestibles, como cubitos de hielo, ladrillos, tiza, papel, etc;
- Coiloniquia: las uñas tienen forma de media luna;
- Infecciones: el hierro también contribuye a reforzar el sistema inmunitario. La falta de hierro aumenta el riesgo de infecciones;
- Depresión y ansiedad;
- Manos y pies fríos.
¿Qué hacer en caso de carencia de hierro?
Los síntomas mencionados anteriormente son similares a los de otras enfermedades. Si sospecha que padece una carencia, lo primero que debe hacer es consultar a un médico para obtener el diagnóstico exacto. Mientras tanto, puede empezar a comer alimentos ricos en hierro. Sin embargo, tenga cuidado de no tomar suplementos sin la recomendación de su médico. Un exceso puede dañar otros órganos como el corazón, los riñones y el páncreas.
¿Cómo se diagnostica la ferropenia?
Para confirmar si tiene o no ferropenia, su médico le pedirá al menos una de las pruebas que se indican a continuación:
- Hemograma: esta prueba consiste en analizar todos los componentes de la sangre;
- Medición del hematocrito: se estima el volumen ocupado por los glóbulos rojos en la sangre. El índice normal se sitúa entre el 35 y el 44,5% en las mujeres y entre el 39 y el 50% en los hombres;
- Frotis sanguíneo: esta prueba analiza el tamaño, la forma y el número de glóbulos rojos. En caso de anemia ferropénica, los glóbulos rojos son más pequeños de lo normal;
- Medición de la hemoglobina: el nivel normal se sitúa entre 12 y 15,5 g/dL para las mujeres y entre 13,5 y 17,5 g/dL para los hombres. Un nivel inferior al normal indica anemia ferropénica;
- Análisis de ferritina: esta prueba determina la cantidad de hierro almacenado en el organismo midiendo los niveles de ferritina;
- Capacidad total de fijación de la transferrina: esta prueba mide la cantidad de transferrina libre que puede transportar hierro por todo el organismo;
- Recuento de reticulocitos: esta prueba evalúa el número de reticulocitos (glóbulos rojos jóvenes) en la sangre. En caso de anemia ferropénica, el recuento es bajo porque el organismo no produce suficientes glóbulos rojos.
Si la prueba confirma la anemia ferropénica, es posible que deba someterse a otras pruebas para averiguar la causa:
- Fibroscopia: para ver si hay hemorragias a lo largo del tracto gastrointestinal;
- Ecografía pélvica o biopsia cervical: en el caso de las mujeres con menstruaciones abundantes, estas pruebas pueden ayudar a determinar la causa;
- Prueba inmunoquímica de sangre oculta en las heces: puede detectar si hay una pequeña cantidad de sangre en las heces, lo que puede indicar cáncer de colon, o simplemente determinar la causa de la hemorragia intestinal.
Tratamiento de la ferropenia
La anemia ferropénica puede corregirse con un suplemento dietético. La dosis la determina el médico en función del nivel de hierro en la sangre. También puede recomendarse tomar vitamina C para ayudar al organismo a absorber mejor este nutriente. En los casos en que el intestino tiene verdaderas dificultades para absorber el nutriente, es necesaria una infusión intravenosa.
Los síntomas deberían desaparecer tras una semana de tratamiento. Pero para que los niveles de hierro vuelvan a la normalidad, habrá que continuar el tratamiento durante unos meses. Sin embargo, los suplementos pueden tener algunos efectos secundarios, como náuseas, estreñimiento, vómitos, diarrea, ardor de estómago y heces de color oscuro. No dude en avisar a su médico si los efectos son insoportables.
Alimentos a elegir para limitar el riesgo de carencia de hierro
Para incorporar más hierro al organismo y prevenir la anemia ferropénica, he aquí una lista de alimentos ricos en hierro:
- Carnes rojas: vacuno, cerdo, cordero, ternera, cabra ;
- Marisco: gambas, almejas, ostras;
- Verduras de hoja: brécol, col rizada, berzas, espinacas, grelos;
- Judías: habas, judías de maíz, judías pintas;
- Huevos;
- Cereales ricos en hierro;
- Semillas de calabaza;
- Frutos secos: uvas.