Los principios fundamentales para adelgazar según la dietética china

[Artículo actualizado el 19/09/2023]

La dietética china se centra en la energía: la que nos aportan los alimentos y la que circula por nuestro cuerpo. Su objetivo es prevenir la pérdida de vitalidad y los bloqueos que provocan el aumento de peso. He aquí los grandes principios que le permitirán adelgazar en armonía con la naturaleza y según sus necesidades.

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No soy una experta en este campo, pero me apasionan la nutrición y la salud.

Los artículos que encontrarás en mi sitio son el resultado de una investigación en profundidad que me gustaría compartir contigo. Sin embargo, me gustaría subrayar que no soy un profesional de la salud y que mis consejos no deben sustituir en ningún caso a los de un médico cualificado. Estoy aquí para orientarte, pero es importante que consultes a un profesional en caso de dudas específicas o preocupaciones médicas. Su bienestar es importante. Así que asegúrate de consultar a los especialistas adecuados y cuídate lo mejor posible.

El objetivo de la dietética china es ante todo preventivo: vivir el mayor tiempo posible con buena salud. También tiene un objetivo curativo, que requiere el conocimiento de las propiedades terapéuticas de los alimentos. Cuando se preocupan por su salud, los chinos tienen la costumbre de añadir alimentos y plantas a sus platos.

Según el concepto fundamental del pensamiento chino, el yin y el yang son dos principios opuestos y complementarios (como la luz y la sombra), siempre en movimiento. En la dietética china, encontramos este principio: el yin es fresco, frío, amargo, ácido, salado, suave y humectante; el yang es cálido, caliente, suave, picante, duro y secante.

Las personas de constitución yin (frías, pálidas, tranquilas, heces blandas, tendencia al sobrepeso) deben comer alimentos yang y las de constitución yang (sensación de calor, inquietas, tendencia a ser extrovertidas, boca seca, estreñimiento) deben comer alimentos yin.

La comida debe contener 1/4 de alimento líquido, 1/2 de alimento sólido y 1/4 de alimento vacío. Esto evita la hinchazón y facilita la digestión.

La comida puede ir seguida de un paseo de 100 pasos, un masaje estomacal de 100 vueltas y una siesta de 20 minutos.

1- Tener un «fuego digestivo» de buena calidad

» El binomio bazo/estómago es fundamental en el enfoque dietético chino. El estómago es como un caldero que recibe los alimentos, que luego se reducen a papilla gracias al yang del bazo (el fuego que lo calienta). El bazo empuja los nutrientes hacia arriba, mientras que el estómago empuja los desechos hacia abajo, al intestino.

Ambos movimientos están vinculados y se equilibran mutuamente. Si uno se altera, el otro también. «El bazo prefiere la sequedad y el estómago la humedad, lo que significa que debemos mantener siempre un equilibrio en nuestra dieta y no comer demasiado seco, demasiado caliente, demasiado húmedo o demasiado frío».

También es importante prestar atención a la calidad y frescura de los alimentos, ya que cuanto más frescos son, más locales y de temporada son, y menos procesados están.

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2- Desayuna «bien y de calidad

Los alimentos adecuados : una bebida caliente (café, té, infusión) sin azúcar para facilitar la digestión, cereales con un índice glucémico bajo (pan de masa madre tostado, copos de cereales) para aportar energía durante toda la mañana, un toque de sal (huevo, jamón) para despertar los riñones, los órganos energéticos innatos, que suministran yang al bazo y al estómago.

La fruta cruda, que tiende a fermentar con otros alimentos, debe comerse preferentemente lejos de las comidas, por ejemplo a última hora de la mañana, para evitar sentirse agotado y llegar con hambre al almuerzo, y para evitar comer demasiado rápido y/o en exceso.

Cuidado con el pan blanco, la mermelada y el zumo de naranja, que contienen demasiado azúcar rápido, no aportan nutrientes de calidad y provocan antojos dulces por la mañana.

Los productos dulces y los lácteos provocan una producción de humedad patógena y una bajada de energía.

3- Toma un desayuno saciante

¡Adopta un plato único!

Hay que evitar los entrantes, ya que a menudo consisten en embutidos (demasiado grasos) o verduras crudas, que debilitan la energía del bazo desde el principio de la comida debido a su naturaleza fría y son menos digeribles que los alimentos cocinados.

Una comida equilibrada debe consistir en 1/2 plato de verduras cocidas, 1/3 de cereales y/o legumbres y 1/3 de proteínas (carne, pescado, huevo).

Es importante tomarse al menos veinte minutos para comer, sentado en una posición tranquila. Esto evita el cansancio y el picoteo por la tarde, así como las malas digestiones, el reflujo y la hinchazón. Cuidado también con las comidas frías (bocadillos, ensaladas, productos lácteos, etc.). Si estás cansado, esto requerirá un gran esfuerzo de tu sistema digestivo y puede provocar fatiga y problemas de peso a largo plazo.

4- Una cena ligera

Por la noche, opta por verduras cocidas: sopas, pasteles, verduras salteadas, acompañadas de 1/3 de cereales y/o legumbres.

Los alimentos calientes como la carne deben evitarse por la noche.

Errores frecuentes: saltarse el desayuno, comer a la carrera y llegar con hambre a la cena. Esto es un gran error, porque por la noche el fuego digestivo es débil y nuestras necesidades limitadas, ya que nos vamos a la cama. Además, cenar demasiado puede quitarnos el apetito para el desayuno y, por tanto, desequilibrar todo el día.

5- Hidrátate, pero no demasiado.

No hace falta que te obligues a beber 1,5 litros al día. Bebe cuando tengas sed y fíjate en el color de la orina, que debe ser clara durante el día.

Si lo es, no te fuerces más, ¡estresarás innecesariamente a tus riñones!

6- Sueño de calidad y regular

Un adulto necesita dormir entre 7 y 9 horas por noche.

Procura acostarte en cuanto sientas los primeros síntomas de cansancio para no perder el tren del sueño (¡que sólo pasa cada 90 minutos!).

Una siesta de 15 minutos también es aconsejable.

Tu cuerpo necesita puntos de referencia: intenta mantener una hora fija para acostarte y levantarte.

7- Un poco de actividad física cada día

Realizar 30 minutos de actividad física al día ayuda a mantener el corazón y otros músculos. Camina, sube las escaleras en lugar de coger el ascensor, ve en bicicleta en lugar de ir en coche a por el pan… Y si quieres practicar una actividad deportiva, elige una que te guste. Es una oportunidad para respirar aire fresco y, sobre todo, ¡disfrutar!

Todo depende de ti, ¡tienes todo lo que necesitas para alcanzar tu peso ideal de forma natural!