[Artículo actualizado el 19/09/2023]
La carencia de yodo es un fenómeno que afecta a muchos países del mundo, sobre todo a los países en desarrollo. Puede tener graves repercusiones en la salud y no debe tomarse a la ligera. He aquí los principales síntomas y posibles tratamientos.
¿Qué es la carencia de yodo?
El yodo es un oligoelemento esencial para la producción de hormonas tiroideas por la glándula tiroides. Esta glándula está situada en la base del cuello. Desempeña un papel vital en el buen funcionamiento del organismo. Por ejemplo, controla el estado de ánimo, el peso, la temperatura corporal, el funcionamiento del cerebro y del corazón… En resumen, el tiroides garantiza el funcionamiento óptimo de los órganos del cuerpo. Por ello, una carencia de yodo perturbaría completamente el metabolismo del organismo.
¿Cuáles son las causas de la carencia de yodo?
La principal causa de la carencia de yodo es la falta de este elemento en la dieta. De hecho, se ha comprobado que las personas que con más frecuencia sufren una carencia grave de yodo son aquellas cuya dieta es pobre en este elemento. El yodo está presente en la sal de mesa, que ayuda a equilibrar los niveles de yodo en el organismo.
Las personas que no tienen acceso a sal yodada corren un mayor riesgo de padecer carencia de yodo. En general, las personas que viven en montañas alejadas del mar y las de los países en desarrollo son las más afectadas, debido a su dieta.
¿Cuáles son los síntomas de la carencia de yodo?
La carencia de yodo puede manifestarse de varias maneras, y puede variar de una persona a otra y según la edad:
- Hipertiroidismo o inflamación de la glándula tiroides ;
- Hipotiroidismo o función tiroidea baja
- Cretinismo endémico
- Retraso mental
Hipertiroidismo
Más concretamente, un bocio coloide o nodular resultante de la inflamación de la glándula tiroides. Es la manifestación más frecuente de la carencia de yodo. Cuando la ingesta de yodo a través de la dieta se vuelve crítica, la glándula tiroides comienza a hincharse para concentrar a su nivel el yodo restante en el organismo. El agrandamiento del tiroides puede comenzar en la infancia y acentuarse en la pubertad. He aquí los principales síntomas del hipertiroidismo:
- Pérdida rápida de peso, aunque aumente el apetito;
- Aumento regular y persistente de la frecuencia cardíaca, especialmente durante el sueño;
- Debilidad muscular y temblor en las manos;
- Sofocos;
- Sed casi insaciable
- Irritabilidad y nerviosismo
- Diarrea, vómitos y náuseas;
- Cabello quebradizo y piel caliente y húmeda.
Hipotiroidismo
Cuando los niveles de hormona tiroidea en el organismo se vuelven severos, se produce una hipotrofia de la glándula tiroides o hipotiroidismo. Esto provoca una reducción general de todas las funciones del organismo, con los siguientes síntomas
- Cara hinchada ;
- Párpados pesados;
- Cabello que tarda en crecer y es quebradizo;
- Uñas quebradizas y estriadas.
- Dedos regordetes;
- Tez amarillenta;
- Voz ronca;
- Deterioro de la audición;
- Ralentización de las funciones psicomotoras ;
- Depresión ;
- Fatiga generalizada ;
- Estreñimiento ;
- Aumento de peso ;
- Calambres y dolores articulares;
- Trastornos menstruales en la mujer;
- Infertilidad.
Cretinismo endémico
El cretinismo endémico afecta con mayor frecuencia a los recién nacidos cuyas madres sufren carencia de yodo. Los síntomas son
- Sordera y mutismo ;
- Retraso mental;
- Crecimiento lento, que puede llegar al enanismo;
- Estrabismo ;
- Dificultad para controlar con precisión los movimientos de las extremidades;
Retraso mental
Por último, el retraso mental es el síntoma más grave de una carencia grave de yodo, sobre todo en los niños. En efecto, su organismo no se ha desarrollado normalmente, lo que se traduce en un déficit mental y físico flagrante. Algunos niños son incapaces de andar a los 3 años o de registrar palabras.
¿Cómo se diagnostica la carencia de yodo?
Hay muchas formas de diagnosticar la carencia de yodo mediante pruebas de laboratorio. Éstas son las principales formas de realizar el diagnóstico:
- Dosaje de yodo en orina: medición de la concentración de yodo en la orina de 24 horas mediante un equipo especial;
- Medición del nivel sérico de tiroides (T4);
- Medición de la TSH (hormona estimulante del tiroides) mediante radioinmunoanálisis;
- Diagnóstico mediante extracción de sangre del cordón umbilical de los bebés;
- Diagnóstico por recogida de yodo radiactivo 131 ;
- Ecografía de la glándula tiroides para evaluar su tamaño
Tratamientos de la carencia de yodo
El principal tratamiento de la carencia de yodo consiste en consumir suficiente yodo hasta que se reequilibren sus niveles en el organismo. Para ello puede ser necesario recetar yodo con o sin levotiroxina. Para los niños con carencia de yodo, debe tomarse levotiroxina 3 µg/kg por vía oral una vez al día durante una semana.
A esto debe añadirse yodo de 50 a 90 µg por vía oral una vez al día durante varias semanas para reequilibrar rápidamente los niveles de yodo y permitir que el organismo vuelva a sintetizar T4. Los adultos suelen recibir 150 µg de yodo una vez al día.
Esto puede ir acompañado de levotiroxina. Las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia deben tomar 250 µg de yoduro una vez al día. En caso de bocio coloide, los médicos recetan a los pacientes 6 mg de yoduro potásico o yodo de Lugol una gota al día. El bocio debería desaparecer tras varias semanas de tratamiento. Los bocios nodulares son más difíciles de tratar.
No disminuyen a pesar del tratamiento con yodo o tiroxina. La cirugía puede ser indispensable, sobre todo cuando el bocio es voluminoso y comprime la tráquea. Tras la extirpación de la glándula tiroides, los pacientes deben seguir un tratamiento con hormonas tiroideas de por vida.
Alimentos a elegir para limitar el riesgo de carencia de yodo
El secreto para prevenir la carencia de yodo reside en la alimentación. Hay que asegurarse de consumir yodo con regularidad. ¿Cómo saber qué alimentos son ricos en yodo? He aquí una lista:
- Sal marina ;
- Pescado azul como la caballa, las anchoas y las sardinas;
- Mariscos como crustáceos y moluscos;
- Algas marinas;
- Yemas de huevo;
- Queso ;
- Cereales;
- Aceite de hígado de bacalao.
Por último, es importante saber que si tiene tendencia a carecer de yodo, es mejor que evite los alimentos crucíferos como la col, el brécol, la coliflor y todas las variedades de repollo. De hecho, estos alimentos impiden que se fije el yodo aportado por otros alimentos.