[Artículo actualizado el 19/09/2023]
Las comidas de invierno suelen ser sinónimo de platos cocinados a fuego lento, sabrosos, reconfortantes y ricos en energía.
Como consecuencia, hacemos menos ejercicio físico porque hace frío y hay menos sol… y nuestro cuerpo se resiente: la digestión es difícil, las noches son inquietas, tenemos menos energía y ¡la báscula suele subir! Pero no tiene por qué ser así, siempre que pongas en práctica algunos buenos hábitos que te ayudarán a mantener tu figura y a alcanzar tu objetivo de adelgazamiento.
Concretamente, ¿cómo aligerar el plato conservando el sabor y la comodidad de los platos de invierno?
Opte por las verduras de temporada.
Le aportarán fibra, buena para la digestión, le saciarán más rápidamente y le aportarán vitaminas y minerales.
Ya sean frescas, congeladas o en conserva (enjuáguelas bien), elija verduras de temporada: zanahorias, endibias, puerros, cebollas, canónigos, salsifíes, apionabos, boniatos, patacas, setas, acelgas, etc. Pero también chirivías, remolachas, apios, coles, calabazas y nabos.
Puede prepararlas sin sal añadida, al vapor y aliñadas con un chorrito de aceite de oliva, a la sartén con hierbas (cebolla, ajo, tomillo, laurel, romero, etc.) y/o especias (curry, pimentón, azafrán, cúrcuma, etc.), gratinadas, en tarta, cocidas a fuego lento con carne o con pescado en papillote.
Juega con los colores para alegrar el plato (al menos 3) y los sabores.
Elige alimentos con bajo índice glucémico, legumbres y cereales semicompletos o completos.
Las patatas cocidas tienen un índice glucémico elevado, por lo que es mejor cocinarlas con piel, pero lo ideal es sustituirlas por cereales integrales(pasta y arroz integrales, arroz rojo, cebada, quinoa), más ricos en minerales, proteínas e hidratos de carbono y con un índice glucémico más lento, que te aportarán energía durante más tiempo.
También se pueden sustituir por legumbres (lentejas, garbanzos, guisantes, etc.), ricas en proteínas y saciantes. También puedes combinar cereales con legumbres y añadir verduras, y tendrás una comida completa, baja en grasas saturadas pero rica en proteínas de buena calidad y carbohidratos lentos.
Por ejemplo
- Fondue de lentejas + arroz salvaje y puerros en lugar de lentejas y salchichas, o utiliza paletilla de cerdo (menos grasa) en lugar de salchichas,
- Versión ligera del cuscús: sémola + garbanzos y pechuga de pollo marinada durante 10 minutos en limón, ajo y aceite de oliva y frita en la sartén.
Aligera las salsas
Sustituye las bechameles y otras cremas por coulis de tomate o de champiñones en gratinados y sobre la pasta o prepara una bechamel ligera con harina de maíz (1 cucharada para 125 ml de leche) y 2 cucharadas de aceite para hacer el roux y sólo una nuez de mantequilla para dar sabor al final de la cocción, pimienta y un poco de sal.
Elige tus fuentes de proteínas: ¡cuidado con las carnes grasas ricas en grasas saturadas!
Si utilizas cortes como el tendón o el costillar, la falda de ternera, la paletilla y el cuello de cordero, elige aves sin piel, jamones y carrilleras de cerdo, aiguillettes de pato, carne blanca, conejo, pato, ganso, trozos de escalope, carrillera o falda de ternera.
Seguimos siendo golosos y adaptamos las recetas de invierno sin renunciar al sabor.
Sea un gourmet y un consumidor informado: ¡hágalo usted mismo en la medida de lo posible!
Prepare su propio caldo de verduras o de pollo (al que puede quitarle la grasa) sin añadir glucosa, espesantes ni otros aromas no elegidos.
Sustituya la masa de hojaldre de sus tartas dulces y saladas por masa quebrada casera.
Utilice mozzarella o parmesano en lugar de queso Gruyère con la pasta cocida «al dente» (mejor índice glucémico).
Cocine con todos los sentidos Huela, pruebe, vea, oiga.
Deléitese: utilice hierbas para los olores y sabores: cebolla, ajo, tomillo, laurel, romero, pimienta, clavo, nuez moscada y especias para el color: curry, pimentón, cúrcuma, canela…
Aquí tienes algunos platos de invierno que puedes hacer más ligeros, ¡pero no por ello menos sabrosos!
- Tartiflette: cebollas y endibias fundidas y estofadas con un poco de vino blanco, añadir jamón en dados y queso Reblochon y meter en el horno.
- Pote au feu ligero: utilizamos muslos de pavo, sin piel, cocidos en caldo durante una hora a fuego lento, al que añadimos las verduras durante treinta minutos. Disfrutar con un poco de mostaza.
- Lasagne de la mer con salmón, espinacas frescas, champiñones de botón, mozzarella y una salsa bechamel con leche y harina de maíz, nuez moscada.
- Chucrut del mar con mejillones cocidos con un poco de jugo y nata, eglefino y bacalao escalfado, gambas a la plancha, chalotas en las que rehogar la col con bayas rosas durante un cuarto de hora.
- Para los guisos (boeuf bourguignon, etc.) utiliza harina de maíz en lugar de harina, elige carnes con menos grasa y acuérdate de prepararlo la víspera, refrigerarlo un rato y luego quitarle la grasa. Al recalentarlo estará aún más sabroso, pero será más ligero y fácil de digerir.
No dudes en innovar y probar nuevas recetas, ¡para complacer a tus ojos, a tu nariz y a tus papilas gustativas! Cuanto más disfrutes, ¡más rápido quedarás satisfecho!