[Artículo actualizado el 19/09/2023]
Estás motivado y te dices a ti mismo que te gustaría intentar perder unos kilos… Cuando te has propuesto hacerlo, te haces esta pregunta: ¿puedo comer mantequilla o es enemiga de las dietas?
Pero, ¿qué es la mantequilla?
La mantequilla forma parte de un grupo de alimentos conocidos como grasas, un grupo de alimentos muy importante porque, sin grasas, sería difícil satisfacer nuestras necesidades de ácidos grasos y vitaminas liposolubles, es decir, vitaminas que sólo se encuentran en las grasas, como las vitaminas A, D y E, que ayudan a mantener una buena visión, al crecimiento de los huesos y a proteger la membrana de todas las células del cuerpo.
También es buena idea variar las grasas a lo largo del día, ya que cada una aporta vitaminas y ácidos grasos diferentes: la vitamina E la aportan mejor los aceites, mientras que la vitamina D la aporta mejor la mantequilla, por ejemplo.
Bueno, imagino que todos tenéis la respuesta, pero nunca se sabe, así que preguntaré de todos modos:
¿De qué está hecha la mantequilla?
Sí, es de leche de vaca que batimos, es decir, batimos mecánicamente la leche para separar las partículas de grasa hasta formar la mantequilla.
Por tanto, es de origen animal.
Tiene mala fama por su contenido en ácidos grasos saturados, que se cree que aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares, y por su contenido en grasas, que se cree que aumentan el aumento de peso. Su contenido en colesterol también es motivo de preocupación.
Entonces, ¿es correcto desconfiar o incluso privarse de la mantequilla?
Francamente, haríamos mal en prescindir de ella, ya que contiene un 82% de lípidos (grasa), frente al 100% de los aceites vegetales, pero la calidad de los ácidos grasos de los aceites es mejor.
También contiene vitamina D, que permite que el calcio se fije a los huesos, y vitamina A, que contribuye al crecimiento de huesos y dientes y también ayuda a mantener una buena visión.
A pesar de su contenido en ácidos grasos saturados, un estudio de junio de 2016 concluyó que el consumo de mantequilla no estaba asociado a la mortalidad ni a las enfermedades cardiovasculares.
Por supuesto, ¡todo depende de la cantidad de mantequilla que consumas cada día!
De hecho, yo recomiendo de 10 a 20 g de mantequilla al día, lo que corresponde a 1 o 2 pequeñas porciones individuales envasadas.
Por ejemplo, desayune una nuez de mantequilla en una rebanada de pan de payés y una avellana para fundir en un plato de pasta.
¿Y se come cruda o cocida?
Te aconsejo que la comas cruda para conservar su contenido vitamínico, pero la mantequilla cocida no está prohibida, siempre que no la dejes ennegrecer por el riesgo de producir compuestos cancerígenos.
De hecho, cuando la mantequilla se vuelve negra, se carga de carbono y algunos investigadores han demostrado que se trata de un elemento cancerígeno, obviamente si lo repites a diario.
Una técnica sencilla es añadir un poco de aceite, como el de oliva, que es rico en ácidos grasos monoinsaturados, para que la mantequilla no se ponga negra tan rápidamente.
Pero si tengo colesterol, ¿puedo comer mantequilla o no?
Efectivamente, la mantequilla contiene colesterol, ya que es un alimento de origen animal, pero ahora sabemos que entre el 50 y el 80% del colesterol es endógeno, es decir, lo fabricamos nosotros mismos, por lo que no tiene sentido eliminarlo en caso de colesterol alto.
¿Cómo debe conservarse la mantequilla?
La mantequilla se conserva 2-3 días a temperatura ambiente y hasta 3 semanas en el frigorífico.
Si está salada, se conservará aún más tiempo.
También se puede congelar: 3 meses la mantequilla sin sal y hasta 1 año la mantequilla salada.
Eso sí, envuélvela bien en papel de aluminio o plástico.
¿He oído que se puede hacer mantequilla en casa?
Sí, y es muy sencillo: puedes hacerla con una batidora, pero yo prefiero la técnica que utiliza menos equipamiento.
Todo lo que necesitas es una pequeña botella de agua vacía, una briqueta de nata entera y mucha grasa de codo.
Introduce la nata entera fluida en la botella de agua, ciérrala y agítala enérgicamente durante unos 6 minutos. La nata pasará por una fase de batido y luego se convertirá en mantequilla. Lo único que hay que hacer es exprimir y aclarar la mantequilla con agua para eliminar el suero de leche, lo que ayudará a conservarla durante más tiempo. Y si le añado flor de sal, ¡es aún mejor!
La ventaja de hacer tu propia mantequilla es que cuesta menos, ya que un paquete de mantequilla industrial cuesta una media de 1,80 euros frente a los 85 céntimos de la mantequilla casera, pero la principal ventaja es el sabor. Personalmente, la encuentro mejor.
Resumiendo
- Consumo recomendado: de 10 a 20 g de mantequilla al día
- Consumo recomendado: de 10 a 20 g de mantequilla al día
- La mantequilla no está prohibida si tiene exceso de colesterol en la sangre.