Fatiga y alimentación compulsiva

[Artículo actualizado el 19/09/2023]

Febrero simboliza la mitad del invierno. Las temperaturas siguen siendo bajas y los días se van alargando poco a poco, pero ¿es eso suficiente para que no sienta esa melancolía invernal?

Antes de seguir leyendo

No soy una experta en este campo, pero me apasionan la nutrición y la salud.

Los artículos que encontrarás en mi sitio son el resultado de una investigación en profundidad que me gustaría compartir contigo. Sin embargo, me gustaría subrayar que no soy un profesional de la salud y que mis consejos no deben sustituir en ningún caso a los de un médico cualificado. Estoy aquí para orientarte, pero es importante que consultes a un profesional en caso de dudas específicas o preocupaciones médicas. Su bienestar es importante. Así que asegúrate de consultar a los especialistas adecuados y cuídate lo mejor posible.

¿Siente un bajón de moral este invierno? ¿Un bajón de energía?

¿Viene acompañado de una necesidad compulsiva de comer más azúcar? ¿Como si buscara consuelo en esos alimentos dulces?

Si se reconoce en estas preguntas, es normal. En este artículo, voy a arrojar algo de luz sobre estos síntomas y a darte algunos consejos y herramientas para que puedas salir a flote.

Fatiga invernal

El bajón de energía que se siente en invierno es habitual y normal. Nuestro comportamiento es diferente durante esta estación: nos quedamos más en casa, nos movemos menos, el frío nos quita las ganas de salir y aparece el cansancio.

La disminución de la luminosidad también provoca cansancio físico y mental. Al igual que la bajada de las temperaturas, que trae consigo una sensación de pesadez, rigidez y somnolencia.

Signos de fatiga invernal: agotamiento, cansancio, somnolencia, irritabilidad, disminución del estado de alerta y de la concentración, etc.

El cansancio invernal puede desembocar en un cansancio mental, que yo llamo cansancio nervioso y que repercutirá en tus hábitos alimentarios.

femme fatiguée portant la tête contre son ordinateur pour démontrer sa fatigue émotionnelle ou hivernale

Fatiga nerviosa

La fatiga nerviosa es la consecuencia de un cansancio presente desde hace tiempo y se debe también a un ritmo de vida demasiado estimulado. Una vida activa que ocupa todo el espacio, con el resultado de que te olvidas de ti mismo.

Una lista de tareas pendientes que es demasiado larga y nunca ves el final, un ritmo de día demasiado intenso.

Esto puede provocar una sensación de agotamiento, «cansancio» y/o somnolencia persistente.

Los signos de la fatiga nerviosa: agotamiento, falta de entusiasmo, disminución del rendimiento, ansiedad, problemas de sueño, etc.

Para compensar esta fatiga mental, el cuerpo ansía energía que pueda consumirse rápidamente, buscando un «empujón» tan rápido como efímero.

Esta puede ser la primera pista que explique sus recientes compulsiones por el azúcar. Un posible aumento de peso reciente.

Comercompulsivamente:¿qué es?

Hay que distinguirla de la bulimia y de la hiperfagia.

Comer compulsivamente es comer sin hambre, superando el umbral de saciedad. Este comportamiento alimentario también se conoce como alimentación emocional.

¿Le resulta familiar?

Las razones de este picoteo son múltiples: cansancio y falta de energía, necesidad de encontrar consuelo en la comida, búsqueda de refugio en la comida, déficit calórico en las comidas que provoca una necesidad imperiosa de comer…

Hay muchas razones para ello, y en este artículo voy a centrarme en la fatiga crónica, que lleva a la necesidad de comer azúcar para darse una falsa sensación de energía.

Es una falsa sensación porque no dura en el tiempo, por lo que no es muy eficaz y puede provocar sentimientos de culpa (y quizás aumento de peso).

Mi consejo

Ahora que tienes una idea más clara de la(s) razón(es) de tus compulsiones alimentarias invernales, te sugiero que pruebes estos diferentes métodos para aligerar tu carga mental y calmar tu mente.

Porque si tu mente se siente mejor, no necesitarás buscar en la comida la respuesta a tus problemas.

Climainterior

El primer paso es aprender a entenderte a ti mismo. Para ello, te invito a que te preguntes por tu clima interior cada día, varias veces al día, para ver qué sentimientos y emociones están en juego.

Aprende a poner palabras a lo que sientes, a señalar lo que te molesta, lo que te perturba, para poder hacer algo al respecto.

Aprende a comprender tus sentimientos

Haciéndote las siguientes preguntas: «¿Qué siento?», «¿Cómo me siento? Esto te ayudará a identificar tus emociones y luego dejar que fluyan sobre ti, aceptándolas sin intentar luchar contra ellas.

Es normal sentir emociones, pero luchar contra ellas es meterse en problemas e iniciar una batalla contra uno mismo que sólo se puede perder de antemano.

Dedica 5 minutos diarios a respirar.

Puedes dedicar esos minutos a hacer respiraciones conscientes, a relajarte, quizás a dar un pequeño paseo consciente, o puedes ver algunos vídeos de cómicos que te hagan reír a carcajadas.

image de deux assiettes présentant des légumes et des noix et féculents

Vuelvealmomentopresente.

Al aquí y ahora. Cuando estés comiendo, concéntrate en lo que pasa en tu boca, apaga las pantallas y vuelve a tus sentidos.

Cuando comemos compulsivamente, tendemos a desconectar del presente, a olvidarnos de nosotros mismos, a desconectar.

Utiliza la degustación como una forma de volver a ti mismo, a lo que está pasando.

Utiliza tus 5 sentidos para saborear la comida que te llama: mírala, huélela, deja que se deshaga en tu boca, disfruta de los sabores que estallan en tu lengua y de los que perduran durante mucho tiempo.

Unadieta equilibrada, encantidad suficiente

La composición de tus comidas tendrá un gran impacto en tu picoteo compulsivo.

Si no come lo suficiente en las comidas, tendrá dos efectos: le dará mucha hambre, lo que le llevará a picar compulsivamente, y le hará sentirse cansado y con menos energía, lo que también le llevará a picar compulsivamente.

A menudo hablamos de comer menos y no lo suficiente de comer más. De hecho, comer de forma más equilibrada (raciones de verduras, féculas y proteínas) y en mayor cantidad puede marcar la diferencia a la hora de mantener el rumbo a largo plazo y evitar el picoteo.

Encontrarás otros artículos sobre el tema de la alimentación equilibrada y no dudes en pedir más detalles a un profesional de la salud si crees que los necesitas.

Espero que este artículo te haya dado todos los consejos que necesitas para reducir el cansancio invernal y la alimentación compulsiva que puede acompañarlo.