[Artículo actualizado el 19/09/2023]
¿Sus hábitos alimentarios no le satisfacen? ¿Ya no come por hambre? ¿Ya no sigue el dicho «comer para vivir, no vivir para comer»?
Lo que necesita es redescubrir un comportamiento alimentario regulado para encontrar su peso equilibrado, un peso que corresponda a sus necesidades, que pueda alcanzar y estabilizar sin esfuerzo, ¡sin hacer dieta!
¿Cómo hacerlo? Te invito a volver a lo esencial: tus sensaciones alimentarias.
En este artículo: ¡sin dietas! Como dietista y psico-nutricionista, voy a darte mis consejos para adelgazar sin hacer dieta.
Voy a darte algunos consejos para adelgazar sin hacer dieta, con suavidad y amabilidad, modificando en profundidad tus hábitos alimentarios.
El cálculo es sencillo: para perder peso de forma sostenible, tienes que cambiar tus hábitos alimentarios. Puedes empezar por preguntarte qué te lleva a comer en exceso. Estrés, aburrimiento, falta de afecto, falta de confianza, falta de autoestima…
¿Y qué es el «comportamiento alimentario», te preguntarás?
En primer lugar, se trata de saber qué alimentos comes y cuánto comes, tus creencias alimentarias que influyen en tus elecciones, la atención que prestas a tus sensaciones alimentarias (hambre, saciedad) y el efecto de tus emociones en tu forma de comer.
Mi primer consejo: empieza por medir tus progresos en términos de cambios en tu comportamiento alimentario y no en términos de peso (y esa cifra en la báscula que tan infeliz puede hacerte). Por supuesto, es posible adelgazar mediante un acto de fuerza de voluntad (privándote, por ejemplo), pero este éxito sólo será temporal. En cambio, se puede progresar en los hábitos alimentarios sin (quizá) perder peso al principio, pero instaurando comportamientos beneficiosos a largo plazo. Estos beneficios acabarán por traducirse en una pérdida de peso real y duradera.
¿Y cuando los números cuentan tanto? Bueno, yo le aconsejaría pesarse una vez al mes, pero no más que eso, para que pueda ver lo mucho que está trabajando con el tiempo, dejando que su cuerpo regule las variaciones naturales de su peso.
Tal vez haya decidido dejar de comer ciertos alimentos hipercalóricos que antes le gustaban, pero le aconsejo que no los reintroduzca inmediatamente, sin preparación previa. Tómese su tiempo para reintroducir progresivamente estos alimentos «tabú» con el paso del tiempo y a medida que vaya progresando, ¡para evitar el riesgo de agrietarse!
En este artículo, no estoy sugiriendo que sigas reglas drásticas, como en una dieta draconiana. Se trata más bien de adoptar nuevos hábitos que te ayudarán a adelgazar de forma natural, sin privarte de nada y, por lo tanto, ¡sin hacer dieta!
Mis 3 consejos para adelgazar sin frustraciones y sin dietas
Consejo 1: ¡Organízate de otra manera!
Para adelgazar de forma duradera y eficaz, hay que organizarse, así que sí, todo es cuestión de organización.
Puedes empezar, por ejemplo, ordenando la nevera y la cocina: ¿sabías que una cocina ordenada evita el picoteo? Ordena los armarios.
También puedes probar a cambiar los cubiertos: come en platos de postre pequeños o utiliza palillos chinos. Una ración más pequeña en un plato pequeño te ayudará a comer menos, sin sentirte frustrado, al igual que los palillos te obligarán a ir más despacio.
¿Y tu vestidor? Ordénalo. Así te olvidarás de todo, así que deshazte de toda esa ropa que te queda pequeña, de los «vaqueros de prueba» y de otras prendas que te hacen sentir culpable. Después, da un agradable paseo al aire libre durante al menos 30 minutos para liberarte definitivamente.
Por supuesto, si te apetece y tienes suficiente dinero en la cartera, un poco de shopping también te vendría bien.
Y por último, planifica tus comidas. Puedes hacer una lista de tus menús con antelación, según tus deseos, y luego hacer la compra de acuerdo con ellos. Así ahorrarás tiempo y dinero, y te harás la vida más fácil.
Consejo 2: ¡Para adelgazar, hay que disfrutar comiendo!
No luches contra las ganas de comer. Al contrario, ¡déjate llevar por el hambre! Comer te ayuda a llenarte de energía para mantenerte en plena forma y nutrir tu cuerpo. Así que come cuando tengas hambre, cuando tengas hambre, con placer y con plena conciencia. Tómate el tiempo necesario para disfrutar de tus comidas, tentempiés y cuadrados de chocolate!
Sobre todo, come sin privarte, ni siquiera de tus alimentos favoritos. No más frustraciones de ningún tipo.
Pero, sobre todo, deja de comer cuando ya no tengas hambre, ése es el secreto: cuando ya no disfrutes de la comida, es el momento de parar (respeta tu sensación de saciedad).
¿Y si no tienes hambre en el desayuno? Sáltate la comida. Lo has entendido, adelgazar sin hacer dieta es cuestión de escucharse a uno mismo. No hay nada más importante para tu cuerpo que escuchar sus sensaciones y necesidades.
Consejo 3: Suave significa lento
¿Te apetece un capricho dulce? ¿Chocolate, postres de nata, dulces? ¿O prefieres las patatas fritas y los embutidos? ¿Necesitas algo que te anime en invierno o cuando te sientes un poco cansado o decaído? No te quedes sin nada. Como hemos dicho, ¡basta de frustraciones!
Aprende a comer despacio, con calma, respirando, haciendo pausas, dejando los cubiertos. Tómate tu tiempo para sentarte, preparar tu comida de placer (en un plato, con un vaso de agua, infusión o café), mirar hacia una ventana y saborear, masticar.
Esto se llama saborear, con placer y sin culpabilidad.
Dale también un capricho a tu cuerpo: un buen masaje, un baño, alguna actividad física que te guste. Te invito a cuidar todo tu cuerpo.
Reaprende a respirar lentamente, concentrándote en el momento presente durante unos instantes, con plena conciencia.
Como habrás comprobado, adelgazar sin hacer dieta significa tomarse el tiempo de escucharse, de ser amable y gentil, como si cuidaras de tu cuerpo igual que de tu mejor amigo.